Actualidad de la Intervención Psicológica en Enfermedades Oncológicas.

Por Ana García-Conde, Pilar Llombart, Rocío Romero

El cáncer es una de las primeras causas de mortalidad en todo el mundo, es una de las enfermedades más temidas por un gran porcentaje de la población. El diagnóstico de un cáncer se considera uno de los acontecimientos más impactantes en la vida de las personas. Es capaz de desestructurar al paciente y su familia en todos sus ámbitos, es decir, a nivel personal, social, laboral, económico y espiritual… si la persona no es capaz de elaborar estrategias de afrontamiento adecuadas a esta situación. Debido a ello emerge una disciplina, por un lado de la mano de la Psicología y por el otro de la Oncología, llamada Psicooncología. En cada fase de la enfermedad se diferencian diversas alteraciones emocionales, las más características en la etapa del diagnóstico son miedo, ansiedad, incertidumbre, tristeza y sobre todo rabia. La pregunta ¿por qué a mi? es común en esta etapa. Es considerada una de las fases de mayor impacto emocional. En el periodo de tratamiento el paciente percibe un deterioro de la imagen corporal, una falta de autonomía por su empeoramiento físico y en algunos casos incluso un aislamiento social. Así pues, las reacciones de ansiedad, miedo, pérdida de control, indefensión y sentimientos de inutilidad son habituales en este momento. La fase de remisión y supervivencia se caracteriza por sentimientos de vulnerabilidad y de incertidumbre acerca del futuro. Así mismo el pánico a la recaída es determinante. En el caso de que se produzca una recidiva, el enfado, la rabia y sobre todo la falta de control sobre su enfermedad es concluyente. Por ultimo, en el final de la vida las reacciones emocionales vienen determinadas por la conciencia de la situación que el paciente tenga.

Con todo ello, la Psicooncología como ciencia de estudio, investigación y aplicación de terapias para mejorar la calidad de vida y el sufrimiento psicológico de los enfermos de cáncer surge en los años setenta. Las primeras intervenciones informales nacen de los propios pacientes en un intento por cubrir las necesidades informativas y proporcionarse apoyo emocional mutuo. Progresivamente comienzan a aparecer los primeros tratamientos psicológicos formales de la mano de la terapia cognitivo-conductual. La Terapia Psicológica Adyuvante de Moore y Greer pretendía estimular el entrenamiento en esquemas cognitivos que mejoraran la supervivencia de los pacientes de la mano de los tratamientos médicos. Muchos han sido los tratamientos que se han desarrollado desde entonces: Terapia de Estrategia de Afrontamiento de Fawzy, Terapia emocional de Spiegel, Terapia de Visualizaciones de Simonton,…

En la última década del siglo XX y primeros del XXI surgen nuevas terapias (Terapias de Tercera Generación) en un intento por dar solución a las limitaciones de las anteriores basadas en el modelo cognitivo-conductual. Estas terapias son más contextualistas, experienciales y existencialistas, y ponen el énfasis en la aceptación psicológica, los valores, la espiritualidad y la trascendencia, el “yo” y el autoconocimiento, el contacto con el aquí y ahora. Nos encontramos en la actualidad en el abordaje del sufrimiento desde la Terapia basada en la Psicología Positiva, Logoterapia, Terapia de Aceptación y Compromiso, Psicoterapia Analítica Funcional, Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness,… que abren una perspectiva esperanzadora a la experiencia de la vida en el sufrimiento y el deleite propio de la existencia.

Efectivamente, el uso clínico de la práctica de mindfulness dentro de los tratamientos psicológicos se ha desarrollado a gran velocidad y en los últimos años han aparecido una amplia variedad de publicaciones que proponen protocolos de intervención donde mindfulness esta presente en mayor o menor medida. Su objetivo es cultivar la introspección y la relación con uno mismo en un marco de aceptación y de paciencia. No se pretende que el enfermo se relaje, si no que aprenda a centrar su atención en la respiración, en las sensaciones corporales e incluso en los pensamientos y emociones. De esta manera se le da la oportunidad de ser consciente de las respuestas personales al estrés y aprender y practicar técnicas de meditación que darán lugar a respuestas más sanas al estrés.

A lo largo de las ocho sesiones de las que se componen estos programas, se sugieren y se potencian en los pacientes actitudes de no juzgar la experiencia personal, de ver y aceptar las situaciones como son, de paciencia durante la práctica y en la vida cotidiana, de no luchar y soltar las posturas orientadas a objetivos y de dejar pasar los resultados incontrolables. Aspectos todos ellos de suma importancia dado el grado de incertidumbre y necesidad de control que impera en estos pacientes. El núcleo del programa consiste en la práctica de meditación mindfulness, sobre la que se va tejiendo la instrucción didáctica, una práctica experiencial y el proceso en grupo.

Sobre las autoras de Actualidad de la Intervención Psicológica en Enfermedades Oncológicas.

Dra Ana García-Conde: Psicóloga. Doctor en Psicología. Unidad Psicología, Fundación Instituto Valenciano de Oncología. Docencia y supervisión en Univ. Valencia y Univ. Católica. Psicólogo especialista en Psicoterapia (EFPA). Psicólogo General Sanitario. Máster Psicooncología Univ. Complutense.

Dra Pilar LLombart Fuertes: Psicólogo Sanitario, Unidad de psicología en Instituto Valenciano de Oncología (1998/Actualidad). Actualmente Formación de Logoterapia en AESLO( Asociación Española de Logoterapia) Mater En Psicología Clínica. Certificado por el centro de terapia de conducta. Master en Avances en Investigación y tratamientos en Psicopatología y Salud.Master Psicología General Sanitario.

Dra Rocío Romero: Doctora en Psicología por la Universidad de Valencia. Especialista en Psicología Clínica. Especializada en Mindfulness y Compasión para pacientes, familiares y personal sanitario. 25 años de experiencia profesional. Colabora en tareas docentes con la Universidad de Valencia y la Universidad Católica de Valencia