Experiencia OUT – Joaquín Carrillo García

Experiencia OUT de Joaquín Carrillo García, alumno de la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Valencia. Realizó su movilidad Erasmus+ prácticas en Turín, Italia.


“Bueno comencemos por el principio, cuando escogí hacer mi Erasmus se plantearon dos opciones frente a mí, Cerdeña y Turín, ambas ciudades italianas. Sólo tenía una cosa clara, irme de Erasmus, era algo que siempre me había gustado no sólo por aprender mi profesión fuera de mi país, sino por viajar y conocer otra cultura, así como aprender a vivir de forma independiente fuera de mi zona de confort. Como podéis ver, escogí Turín, ya que, si mi idea era conocer otros lugares, desde Turín el acceso a más sitios se mostraba mucho más sencillo que desde Cerdeña (por la comunicación en cuanto al transporte).

 Ahora trasladémonos al 2 de febrero de 2018, el inicio de mi Erasmus. Los nervios recorrían mi cuerpo, y en mí se juntaban una multiplicidad de emociones, pero la primera barrera con la que me podía topar (y me topé) fue la del idioma, el italiano, el cual ni siquiera había estudiado y por tanto no hablaba.  Desde mi punto de vista (al menos por aquel entonces) era semejante al español, pero cuando me encontré allí descubrí que alumbraba un mayor grado de dificultad el cual fui poco a poco superando y consiguiendo alcanzar un diálogo fluido. Como recomendación y basándome en mi experiencia, no vendría nada mal dar unas clases de italiano básico antes de emprender el viaje.

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Frío, Turín es frío, por mucho que digan que el clima italiano es similar al mediterráneo, Turín se encuentra al norte, concretamente en la región de Piemonte, que como bien dice la palabra pie de monte. Esta ciudad está situada a los pies de los Alpes, hecho que me enamoró, por poder ir caminando por sus calles e ir viendo de fondo estas maravillosas montañas nevadas, así como despertar cada mañana y poder verlas tras mi ventana. Eso sí, si te gusta esquiar, este es tu sitio ya que, en los Alpes, concretamente Bardonecchia, se encuentran las pistas de los juegos olímpicos de invierno de 2006, espectaculares, donde se puede ir esquiando de pueblo en pueblo por lo conocido como la “vía lattea”componiéndose por 211 pistas, es decir, 400 km esquiables, lo que había dicho, el lugar perfecto para practicar este deporte.

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Ahora alcanzamos la parte de la ciudad, Torino, me sorprendió la grandeza de la ciudad, no sólo en belleza sino también en amplitud. Es un lugar con peculiaridad y encanto, habla por sí sola, a cada paso, en cada rincón encuentras sitios maravillosos que hacen una vez más que quedes embelesado por este sitio. Sus monumentos son grandiosos, descubrí lugares con encanto donde podía pasarme horas disfrutando y empapándome de esta zona, como el Parco Valentino, donde sin quererlo te pierdes en esos 400.000m2 en el curso del río Po (precioso), hallando cada vez que acudes cosas nuevas que jamás pensabas que allí encontrarías, así como que puedes tender una toalla y tomar una pizza entre sus grandiosos jardines simplemente para disfrutar de su magnitud.

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Una de las cosas que más me gustó de Torino fue ir caminando por sus calles y que una de las mismas me desembocara en la Piazza Vittorio Veneto, increíble, me quedé ensimismado la primera vez que la vi, en ella frecuentan continuamente los tranvías, plaza magnífica donde las haya, pero si pasabas dicha plaza (que de pequeña tiene más bien poco) y subías por un sendero, encontrabas el mirador de  Cappuccino, uno de los mejores rincones para poder ver sus vistas, vislumbrando a lo lejos los Alpes, la primera que vez que vi Turín desde arriba me quedé boquiabierto, de todas formas otro de los monumentos emblemáticos de la ciudad es La Mole, donde también se puede observar las calles desde lo alto y que a mi parecer tiene su encanto.

La ciudad sí, tiene su atractivo, pero vayamos al meollo de la cuestión, el por qué fui a Turín, hacer prácticas en un país distinto al mío y poder ver y conocer otro funcionamiento hospitalario. En esta ocasión nos desplazamos al Ospedale San Luigi Gonzaga, ante todo cabe decir que se encuentra en Orbassano, a las afueras, por lo que mi primera recomendación es que os descarguéis la aplicación GTT, os salvará en muchas ocasiones, te muestra la llegada de los autobuses a tiempo real, estupenda si no tienes vehículo propio, que era mi caso. Para poder llegar al hospital, hacen falta dos autobuses como mínimo.  El primer servicio al que me destinaron fue UTIC (Unidad de Terapia Intensiva Coronaria), se trataba pues de una UCI donde el número de pacientes era reducido (ocho para ser exactos), además cabe tener en cuenta que el idioma para mí en esos momentos atisbaba un alto grado de dificultad, lo que condujo a que mi primera experiencia no fuera muy grata. A medida que iba comprendiendo yaprendiendo el idioma, comencé a disfrutar y evolucionar en gran medida, ya que anteriormente no había estado en el servicio de UCI y era una oportunidad genial para poder obtener más información acerca de mi profesión.

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En el ecuador de mi estancia, fui trasladado a la planta de neumología, cabe decir que posee cierto parecido a una planta del mismo servicio en un hospital español, pero la diferencia principal que pude encontrar es que las habitaciones podían estar ocupadas por al menos tres pacientes, lo que conllevaba a que la carga del enfermero o enfermera fuera mayor. Por otra parte, lo que me resultó extraño fue que los procedimientos fueran tan rudimentarios, es decir, todos los datos que tomábamos sobre el paciente se hacían a la antigua usanza, o sea, en papel y con bolígrafo, no siendo posteriormente almacenado en una base de datos informatizada, haciendo pues que estos procesos (a veces tan mecánicos) se ralentizaran. Ahora bien, mi experiencia con el personal del hospital no fue tan agradable como yo pensaba que podía llegar a ser, en múltiples ocasiones me sentí incomprendido y un tanto desplazado, pero supongo que sería por las diferencias culturales o de idioma. Sentí la falta de apoyo que debía de proporcionarme la persona que allí era mi responsable, sin conseguir esa empatía que yo necesitaba. A fin de cuentas, obtuve lo que yo quería, aprender, que es el principal recuerdo que me llevo de aquel hospital cuyos pasillos eran interminables.

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 Finalmente, os daré unos pequeños consejos a cerca de la vida de un estudiante de Erasmus. No resulta fácil vivir lejos de casa, de tus familiares y amigos. El simple hecho de tener que hacer todo aquello que antes no hacías te ayuda a saber cómo gestionar y racionalizar tu tiempo, es decir, cosas tan cotidianas como prepararte la comida para llevártela al hospital o poner una lavadora conlleva un tiempo que te resta del poder hacer otras cosas, esto era algo que yo no valoraba antes de irme a vivir fuera de mi hogar.

 También tengo que decir que esta experiencia ha sido lo que fue gracias a ese grupo de gente que tuve la gran suerte de encontrarme en mi camino, ellos se hallaban en la misma situación que yo, con la única ventaja que su vivienda era un tanto más céntrica que la mía (si vais descubriréis lo interminables que se os pueden llegar a hacer la distancias). Gracias a ellos pude descubrir todos y cada uno de los recovecos de Turín a los que no podía haber llegado a acceder si no hubiera conocido unos guías como ellos. Además, en una situación así, nunca viene mal tener un hombro en el cual apoyarte cuando las cosas no van como tu esperabas, porque hacerme caso, a veces las cosas pueden llegar a torcerse.  Así pues, por mucho que digan que el Erasmus es sólo fiesta, cosa que no niego (porque la noche italiana vale la pena conocerla), también hay muchos momentos de soledad.

 PD: Cuando Esther Navarro os diga que está ahí para lo que necesites, se convierte en una verdad como un templo, en términos académicos ha sido la que más se ha preocupado por mí. Simplemente darle las gracias por haberme escuchado, ayudado y haber sido quien me guiase en esta experiencia”.

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¡Muchas gracias Joaquín por tu experiencia, te deseamos lo mejor en el futuro!

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1 Comment

  • Isabel
    12/03/2019 at 6:26 pm

    ¡Hola Joaquín!

    Me gustaría ponerme en contacto contigo para preguntarte algunas cosas sobre tu Erasmus Prácticas.

    Saludos y gracias por narrar tu experiencia.

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