Laura Martínez, estudiante del grado de Enfermería en la Universidad Católica de Valencia realizó su movilidad internacional Erasmus+ en la CESPU de Portugal. Brevemente nos cuenta su experiencia:

“Cuando he decidido sentarme para redactar mi experiencia en el erasmus, han vuelto a mí un sinfín de sentimientos y emociones vividas. No puedo evitar la lágrima al ver como he crecido en todos los ámbitos después de esta experiencia, comparando la Laura de antes y la de después. Creo que no se puede explicar ni transmitir todo lo que he sentido y vivido en este documento, vamos a intentarlo.

Mi experiencia respecto a mis prácticas del erasmus ha sido positiva, he estado en UCA y Urgencias, servicios nuevos donde me han enseñado la dinámica, y pequeños detalles que se realizan diferentes a España, cosas que comparo con la sanidad española y a la inversa para mejorar el servicio donde me encuentre buscando siempre la eficiencia y un buen trabajo y resultado para mis pacientes. No todo es positivo, pero sí he aprendido a sacar aquello positivo de lo negativo, al estar en otro país con otra lengua, al principio no te entiendes al 100% y hay mal entendidos, aprendes a ser fuerte, aprendí que, aunque no tenía días buenos ya sea por mal entendidos o ciertas personas que no lo ponía fácil, que las hay en todos sitios, te haces valiente con una sonrisa y actitud positiva para seguir adelante lejos de casa, aliviar a los pacientes y sacarles una sonrisa.

Respecto a la experiencia en el ámbito personal, no tengo palabras, el desarrollo personal que conseguí fue increíble, una gran independencia y fortaleza para afrontar tú sola cualquier percance. Abrirse y conocer a toda la gente que empieza con las mismas condiciones que tú, con la familia y amigos lejos. Me llevo unos amigos magníficos donde dejamos los prejuicios a un lado y nos conocimos en todas las situaciones, sorprendiéndonos de como conectábamos los unos con los otros, de lo bien que nos llevábamos al conocernos bien y como he dicho, dejando a un lado los prejuicios. Los echo mucho de menos, pero me hace feliz saber que tengo repartidos por el país gente maravillosa con la que conecté y con la esperanza de forjar la amistad y seguir juntándonos.

Respecto la cultura portuguesa en mi caso, me fascinó la gente y el idioma, aprendí a hablar portugués bastante bien, soltándome y atreviéndome a hablar con la gente portuguesa, enfermeros y pacientes. Hoy 1 mes después de volver mantengo algún contacto de Portugal para no perder el idioma, quiero seguir aprendiendo esta lengua que tanto echo de menos escucharla, espero volver pronto.”