Dos profesoras de Magisterio, Claudia Escorcia y Montserrat Roca, realizaron durante cinco días una estancia combinada de docencia y formación en la Escola Politécnica de Saúde de Porto. Nos cuentan su experiencia en esta enriquecedora aventura académica y profesional.

Enriquecedora y productiva. Creo que son las palabras adecuadas para definir nuestra estancia en la Escola Politécnica de Saúde de Porto. Era la primera vez que la UCV tenía contacto con la Politécnica de Porto, y ha sido una gran experiencia. Cinco intensos días de trabajo en los que compartimos nuestra visión de la educación inclusiva y los diferentes programas con los que nuestra universidad cuenta para desarrollarla de forma eficaz y comprometida.

El equipo de María Joao, Brigita, Andre y, especialmente, Marta Pinto, hicieron de la estancia un lugar de encuentro y aprendizaje inolvidable. De su mano, tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo que realizan en las escuelas con niños con déficit auditivo y autismo en aulas mixtas.

Nos llamó la atención la disposición de los espacios: una gran mesa alrededor de la cual los niños interactúan en función de sus intereses y necesidades de aprendizaje, con el apoyo, eso sí, de al menos tres figuras docentes (tutor/a de aula, docente experto en lengua de signos y educador). Nos pareció que la clase transcurría con fluidez y una participación activa por parte de todos los alumnos.

Otra de las iniciativas que destacamos es el uso de la realidad virtual para elaborar simulaciones que contribuyan al desarrollo del lenguaje de personas con diferentes afectaciones. En concreto, un programa en el que están trabajando muestra, mediante unas gafas de realidad virtual, una serie de situaciones que invitan al participante a expresar diferentes emociones —alegría, tristeza, ira— mediante la voz. Es un programa que pretende mejorar la interacción comunicativa de personas con dificultades en el lenguaje y en el que nos encantó participar.

En conclusión, ha sido una estancia muy productiva en la que hemos podido sentar las bases de futuras investigaciones gracias al contacto con otros profesionales que nos han aportado su perspectiva sobre la educación inclusiva y el trabajo que realizan para hacerla una realidad en la sociedad. También se habló de la posibilidad de que nuestros alumnos realicen intercambios, ya que hemos comprobado que la lengua no representa un gran obstáculo en este contexto. Sin duda, una experiencia 100% recomendable.