Gabriel Calabuig, profesor del Instituto de Lenguas en la Universidad Católica de Valencia, ha realizado su movilidad de formación Erasmus+ en París, Francia con el Institut de Langue et de Culture Françaises. A continuación nos cuenta su experiencia:

“Es abril en París. El sol brilla, las calles están llenas de gente disfrutando sus vacaciones de Pascua y se respira un aire de tranquilidad sorprendente, considerando que estoy en una de las ciudades más visitadas del mundo. En el número 21 de Rue d’Assas se alzan unos edificios de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Es muy parecido a la sede de la UCV. Estoy en el Institut de Langue et de Culture Françaises.

Al entrar me recibe Geneviève, ella es la coordinadora del lado francés con la que he organizado la estancia. La verdad es que fue todo facilísimo, habla perfecto inglés y se adaptó a mi horario y mis exigencias para que pudiera observar todo lo que yo quería. Aunque en la vida real hablamos francés porque esta experiencia para mí es doble, aprender a enseñar y también reaprender el francés que me enseñaron en el colegio.

Las instalaciones son preciosas, ya sabéis, la arquitectura parisina. Me presenta a todo el equipo y responde todas mis preguntas. ¡No solo eso si no que también me invita a comer para seguir hablando! De hecho, todos los profesores que conozco están un poco celosos, ellos quieren venir a Valencia a dar clases y crear cursos 😂.

250 alumnos solo de francés estudian en este instituto. Además, comparten edificio con la facultad de Derecho y Teología entre otras. Las otras lenguas se estudian en la Facultad de Lenguas, donde enseñan inglés, español, alemán e incluso ruso y chino y, próximamente, coreano.

Mi primer día observo la clase de Stephane, y sus alumnos del grupo A1.2. Aún no sé muy bien cómo, pero los alumnos acaban cantando Black Trombone de Serge Gainsbourg para mí. Tanto él, como los otros dos profesores que observé durante mi estancia crean una sensación de confort y de unión en el grupo que hace que las clases no parezcan prácticamente ni clases, sino más bien una reunión de amigos. Los profesores enseñan francés usando más o menos las metodologías que usamos los profesores de otras lenguas pero tienen total libertad para hacer lo que quieren con el curso. Esto es genial, en tres días, canté con los alumnos, en otra clase me fui a comer con ellos durante el horario de clase, y en otra fuimos de excursión a visitar la iglesia Saint-Germain-des-Prés, la más vieja de París. Si todas las semanas son iguales, los alumnos están aprendiendo el idioma y la cultura de una manera más interactiva y didáctica que usando papel y boli en un pupitre. Imaginad si hiciéramos lo mismo en Valencia.

 Yo soy profe de inglés en España y fui a París a ver cómo enseñaban francés a la gente que visita Francia y ya me llevé muchas lecciones valiosas de aprendizaje. Imaginad si fuera profe de español en España, estaría en la misma situación que ellos y podría aplicar incluso más estrategias que observé. Sea como sea, la experiencia de movilidad Erasmus para formación es tan provechosa que me sorprende que no sea obligatoria. Es increíblemente refrescante hablar con otros profesores que han pasado por otras experiencias vitales y que tienen ideas distintas sobre lo que significa enseñar. Desde aquí, solo puedo esperar dos cosas, que yo haya dado tanto en mi destino como lo que he recibido y que os animéis a probar una movilidad Erasmus como esta. Ser profesor es una vocación que te llevará por muchos caminos, que uno de ellos pase por París no está nada mal, ¿verdad?”

Puedes leer también la entrevista del instituto de lenguas del Institut Catholique de Paris a Gabriel haciendo click en el siguiente enlace:

Entrevista Blog ICP – Gabriel Calabuig 

¡Gracias Gabriel por compartir tu experiencia con nosotros!