“Negrita, mágica, única y hechicera” así es como la definió Mauricio Macri, su esposo y el presidente de Argentina. Y yo, sinceramente, me he rendido a sus pies tras analizar de forma más exhaustiva su particular estilo que ha revolucionado el mundo. Juliana Awada, la primera dama de Argentina.

No hay nada impostado ni forzado en ella, y tal vez su triunfo se debe al estilo sencillo, natural, minimalista y sobrio que realza aún más su envidiable físico, alabado internacionalmente desde 2015, año en el que Macri ponía fin a 12 años de kirchenerismo” con la toma de posesión como nuevo Presidente de la República Argentina.

La primera dama argentina, de origen sirio-libanés, pasea allá donde va un estilo propio perfectamente medido y comedido realzado por aquel que ha crecido entre costuras y ha ejercido de empresaria textil y directora de marketing para la firma de moda fundada por sus padres y que lleva su apellido, Awada.

Juliana, que por defecto profesional no se le escapan las últimas tendencias, utiliza un maquillaje muy natural y discreto en tonos nude resalta sus facciones angulosas. Apenas usa joyas ni complementos y si lo hace es de forma muy puntual y siempre bajo las últimas tendencias, probablemente por defecto profesional.

La misma discreción la extiende a la gama cromática de las prendas que luce y a la que muchas de nosotras nos hemos convertido en fans incondicionales. Está claro que la primera dama del país del tango se ha ganado a pulso el título de reina de la elegancia al natural, fruto del cuidado extremo de su imagen pública y por supuesto de su conocimiento de sí misma.

Los colores neutros parecen ser sus colores fetiche, sus colores de la buena suerte pues se repite look tras look y solo en contadas ocasiones ha arriesgado, por lo que es fiel a su estilo. Si hubiera que destacar un color sobre todos los colores neutros que suele utilizar, sería el blanco roto, seguramente el color que más realza su belleza. En la psicología del color, el blanco es el color más perfecto, es la suma de todos los colores de la luz, el comienzo de todo. Cuando Dios creó el mundo dijo: ¡Hágase la luz!

Para el cristianismo el blanco es un color fundamental, el principio de todo. A Cristo se le representa con una túnica blanca, los resucitados se presentan ante Dios vestidos de blanco, la Hostia que simboliza el cuerpo de Cristo es blanca, los niños se visten de blanco cuando son bautizados, momento en el que comienzan su vida cristiana, la leche, el primer alimento que recibe el ser humano es de color blanca. Por tanto, el blanco es el color de la verdad, la honradez, el bien y la pureza.

De hecho, el blanco fue el color elegido para asistir a los actos de la toma de posesión de su marido, Mauricio Macri como presidente de Argentina tanto para el día como para la noche. Acto de toma de posesión, que sirvió, oficialmente, como pistoletazo de inicio a su proyección internacional por su carisma y elegancia. Ha sabido establecer estrechos vínculos con Brigitte Macron y Melania Trump, esposas de los mandatarios de Francia y Estados Unidos.

 Su armario siempre está en el punto de mira de los focos y taquígrafos de la prensa de su país y del resto del mundo y a los cuales ella se encarga de “alimentar” con su actividad en redes sociales, plataforma perfecta para mostrar la imagen que se han propuesto. Cuando llegó a la Casa Rosada, Juliana se propuso mantener sus hábitos cotidianos en la residencia oficial y a la vista de lo que exhibe en las redes sociales ha logrado cumplir fielmente este propósito y ha logrado proyectar un ambiente familiar combinado con el horizonte político de su esposo. 

En un mundo donde lo visual prima, antes que nada, la vestimenta es un lenguaje global que, en su caso, influye en el devenir político de su pareja. En cualquier caso, no parece hacer un esfuerzo en su apariencia, la falta de ostentación nace de la seguridad de conocerse a sí misma y las interioridades del mundo de la moda, como ella lo conoce.

Definitivamente, Juliana Awada nos ha hechizado… ¿será la sucesora de Eva Perón en el país del tango?

Ángeles Gómez. Antigua alumna del Máster en Marketing político y Comunicación institucional de la UCV.