De Barcelona a Madrid sin paradas
A algunos sorprendió más que a otros que Albert Rivera decidiera ser candidato a la Presidencia del Gobierno y que a pocos meses de las elecciones autonómicas catalanas nombrara a la entonces desconocida Inés Arrimadas, que ha conseguido ser más popular pasados estos comicios, abanderando la alternativa de cambio de era en Cataluña.
Desde entonces hasta ahora el crecimiento del partido que lidera Rivera ha ido en aumento, lejos del anunciado descenso después del pacto en Andalucía que auguraba un derrumbe, si no como el de UPyD sí que no causara temor en el ámbito estatal, dejando en vigor al bipartidismo. Ahora lejos está quedando de ser lineal con Podemos para rivalizar con los dos grandes partidos PP y PSOE, por la presidencia.
Dicen que no quieren ser el partido bisagra, que salen a ganar y en esta línea el líder de Ciudadanos twittea: «La ilusión, la esperanza y las ganas son más poderosas que la desidia, la resignación y el miedo. El 20D puede llegar 1 cambio de era en España«.Estos pocos caracteres contenidos en el microblog de Twitter contienen el núcleo de la estrategia electoral del partido.
«La ilusión, la esperanza y las ganas» son los tres pilares en los que asienta su anunciado «cambio sensato», objetivos no tangibles, no medibles y subjetivamente alcanzables pero, como ya hizo Obama en su campaña electoral en el año 2008, necesarios para busca mover en el electorado la emoción, el sentimiento y la visión de una España que poco a poco se aleja de la tristeza que ha causado la dura crisis económica en la que ha estado inmerso el país.
Pero no solo sus palabras nos recuerdan al entonces candidato a la Presidencia de EEUU, sino que sus actos son también imagen de una campaña electoral más propia de países con democracias más consolidadas, en las que rige el cuidado por la comunicación política en esencia, ¿o alguien cree que fue casualidad que conociéramos a su pareja el día de las elecciones catalanas después de alejar durante más de un año a los medios de su vida privada? Nada más lejos de la realidad, la puesta en escena de la presentación en sociedad de la pareja es la guinda de la estrategia política bien planeada.
Desde la marcha naranja se sigue el ABC del marketing político, cuidando cada detalle, su líder es joven, guapo y ahora con pareja conocida porque sus estrategas no veían a un soltero en la Moncloa. También hacen lo propio con el trato a sus rivales políticos, a los que dirigen palabras que trasladan al votante negatividad y sin pasar por el aburrido critiqueo de barra que ha cansado a los españoles, sus calificativos son: «la desidia, la resignación y el miedo».
De esta forma se presenta como la alternativa frente a la visión más oscura, identificada con los dos grandes partidos que han ido turnándose los gobiernos en democracia, y con los que es probable comparta sillón de mando. Pero ahora la pregunta es ¿Podrá el partido superar a su líder? O ¿la fuerza de su líder personaliza en exceso el partido? ¿Se vota a Ciudadanos o Albert Rivera? Ante un pacto político ¿quién será su socio? ¿PP o PSOE?
Después del 20D resolveremos estas dudas, pero la verdad es que si Ciudadanos quiere alcanzar la victoria en las próximas elecciones tendrá que seguir haciendo lo que le funciona, que es explotar la figura de su líder, y mejorar lo que todavía no se percibe que es la fuerza de gran partido, sólido y contundente para afrontar en su momento una formación de Gobierno.
Susi Boix. Alumna del Máster en Marketing político y Comunicación institucional de la UCV.
mkpolitico
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