8 nov

Reflexión domingo 8 de noviembre

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: «¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!» Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: «Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.» Pero las sensatas contestaron: «Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.» Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: «Señor, señor, ábrenos.» Pero él respondió: «Os lo aseguro: no os conozco.» Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor

Reflexión

La Iglesia, que es nuestra madre -y como toda madre nos educa con cariño-, nos regala hoy este Evangelio para enseñarnos la importancia de la espera de nuestro esposo.

Jesús pronuncia esta parábola esponsal que nos hace presente que nuestro corazón está en espera de esta unión plena con su corazón. San Agustín lo expresaba de modo muy bello diciendo que nuestro corazón está inquieto y que no va a reposar plenamente hasta descansar en Cristo, nuestro Salvador.

En esta espera, todas las vírgenes de la parábola han cogido la lámpara, han tomado aceite y todas se duermen. Todas, podríamos decir, se han preparado con amor y esperanza para esperar al esposo, y todas, llegado un momento de la noche, se duermen. La diferencia es la cantidad de aceite que cogen unas u otras. Las virgenes sabias se han preparado para una espera larga mientras que las necias sólo están preparadas para aguantar unas horas en medio de la noche.

Muchas interpretaciones se han dado para entender el significado del aceite: San Agustín las relaciona con las buenas obras hechas por amor a Dios y no sólo por amor y aplauso de los hombres; pero lo fundamental de esta parábola es tomar conciencia de que nuestra vida va en camino hacia el encuentro con el esposo, hacia la alegría, la paz y la plenitud, pero que este camino puede ser largo y difícil (se hace de noche), y es necesario llenar cada día tu vida de fe, esperanza y caridad para no desfallecer en el camino

pastoral

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