11 abr

Reflexión lunes 11 de abril

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
– «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra del Señor

Reflexión

El domingo de Ramos es como  el pórtico de la Semana Santa, una introducción al Triduo Pascual, el misterio central de nuestra fe, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.

Hoy, lunes santo, escucharemos en la primera lectura del profeta Isaías el primer canto del Siervo de Yhave y en el evangelio la escena de Jesús en Betania, invitado a una cena en la casa Marta, María y Lázaro.

El Siervo de Yhavé es el ungido del Señor con esta misión: traer la salvación a las naciones. ¿Cómo lo hará?: “No gritará, no alzará la voz, no voceará por las calles, no romperá la caña cascada no apagará la mecha que se extingue. Proclamará fielmente la salvación, y no desfallecerá ni desmayará hasta implantarla en la tierra” Isaías 42, 2-4.

Quiero poner en contraste la acogida que hace la familia de Lázaro a Jesús y el gesto de María: “Marta servía la mesa y Lázaro era uno de sus comensales. María se presentó con un frasco de perfume muy caro, casi medio litro de nardo puro y ungió con él los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa se llenó de aquel perfume tan exquisito.” Juan 12, 2-3.

La tradición de la Iglesia ha reconocido la figura del Siervo la persona de Jesús. En vísperas de su Pasión, al final de la jornada, como un anticipo de su sepultura es ungido por María. La fragancia de aquel perfume invade la casa y adquiere su valor salvífico no por el elemento natural sino por el aroma que desprende la obra salvadora de Jesús ¿Cuál es el perfume que invade nuestro corazón? ¿A nuestro alrededor creamos ese clima de amor, esperanza y alegría de las buenas obras que inspira el Señor? A la par el evangelio nos narra el pensar de Judas y nos muestra otra realidad de la vida, la malicia. La misión de Jesús no está ausente de la complejidad de la vida humana, está muy cerca. Las palabras de Judas ponen de manifiesto el egoísmo y el deseo de imponerse a los demás. Cristo es la superación de la ambición humana con su redención en la Cruz a favor de todos.

-Pidamos por la paz en el mundo.

-Pidamos la intercesión de San Juan Pablo para que cese la guerra y se establezca la paz entre Rusia y Ucrania.

pastoral

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