Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor

Reflexión

Jesús ha iniciado su vida pública. Las dos actividades que van a ocupar su tiempo son enseñar y atender a los necesitados. Vemos que eso es lo que hace hoy en el evangelio. Pero va a encontrarse con la oposición de los judíos ortodoxos, los fariseos que se indignan porque realice curaciones en sábado. Lo que el Señor quiere que comprendamos es el que el objetivo fundamental de nuestra vida debe ser hacer el bien, estar al servicio de los demás, buscar la salvación. Todo debe orientarse en esta dirección, incluso la ley y nuestra relación con Dios. Es lo que hace Jesús al curar a aquel hombre con la mano atrofiada. Lo importante es que pueda recuperar la salud. Para los fariseos está por encima el cumplimiento de la ley. Cuidado que también nosotros podemos ser víctimas de nuestras normas.