LOS GRUPOS EN EL COUNSELLING; BENEFICIOS Y LIMITACIONES
LOS GRUPOS EN EL COUNSELLING; BENEFICIOS Y LIMITACIONES, por Ernolando Parra
El punto de partida es reconocer el papel de los grupos tienen en relación con la vida de todas las personas. En ellos nos hemos socializado, hemos adquirido una identidad en la que se incluyen creencias compartidas, modelos sobre la interpretación y el manejo de las emociones, y siguen siendo entornos grupales en los que nos seguimos mostrando y desarrollando.
De hecho, es tan importante la existencia de los grupos que difícilmente se puede imaginar que la evolución haya llevado a la especie humana al punto en el que estamos sin considerarnos una especie social y gregaria. La consecuencia inmediata es el convencimiento de que, en múltiples tareas, el grupo genera mejores resultados que el que podría resultar de la suma de sus partes. Encontrándonos junto a ello que es en contextos sociales donde se hace visible y reconocible la versión de cada persona.
El grupo ha sido también un espacio de cuidado y protección. Absolutamente vinculado a la Relación de Ayuda, ya sea a nivel institucional/comunitario o de grupos primarios como la familia. Esta circunstancia ha facilitado el entrenamiento con modelos de interdependencia que nos han dotado de competencias para la ayuda. Compartir dificultades y/o necesidades, y disponer de un recurso que actúe como catalizador facilita entonces que el grupo se convierta en una herramienta poderosa para acceder a procesos de desarrollo personal a través del apoyo entre iguales.
Es posible, por lo tanto, descubrir funciones en el grupo que pueden resultar de extraordinario interés para la intervención en distintos contextos:
– Genera sentimiento de comunidad, que facilita la percepción de apoyo social y el establecimiento del vínculo.
– Dota a la experiencia de un significado colectivo, permitiendo la convergencia de conocimientos y recursos.
– Facilita la percepción de un problema compartido y un análisis común de estrategias de afrontamiento.
– Crea una nueva red de relaciones.
En base a lo expuesto y teniendo en cuenta las herramientas y recursos que el counselling pone a disposición de la ayuda se pueden reconocer los siguientes beneficios de la intervención en grupo:
– Se aprenden y se entrenan herramientas para las relaciones personales.
– Permite la realización y experimentación de cambios en un entorno controlado.
– Se acoge el poder de los compañeros para sanar, compartiendo estrategias y prestando apoyo emocional.
– Se rompe la soledad, facilita la percepción de apoyo social.
– Posibilita la expresión y el trabajo en aspectos no resueltos en el grupo primario, la familia.
– Se facilita la incorporación del altruismo en uno mismo mediante la ayuda a los demás.
Estos beneficios no aparecerán de forma espontánea, para que se den tienen que mantenerse condiciones que lo faciliten. Entre ellas podrían destacarse:
– La priorización del contacto directo entre los participantes.
– Mantener y cuidar la simetría entre los miembros del grupo.
– Énfasis en la responsabilidad personal para la resolución de problemas.
– Presencia de un problema común.
– Confianza en el poder de las personas para ayudarse y ayudar.
Por otro lado, a pesar de esta firme posición en defensa de los grupos como marco para el desarrollo de distintas funciones de apoyo, no se puede obviar que podemos encontrarnos con limitaciones. A continuación se mencionan algunas de ellas:
– No todos los progresos y cambios se pueden dar o potenciar a través del grupo, pueden encontrarse dificultades a las que el mejor acceso se puede dar de forma individual.
– La personalidad de los participantes, con sus manifestaciones relacionales, pueden condicionar el trabajo del grupo.
– La condición de coterapeuta que adquiere cada miembro exige del entrenamiento en habilidades para la ayuda al otro y el ajuste a determinadas normas como la confidencialidad.
– Se puede dar un desindividualización, diluyéndose la responsabilidad individual.
– El resultado dependen gran parte de la capacidad del counsellor. Se ha de poseer un determinado nivel de competencia y se ha de cuidar la no imposición de valores al grupo.
Con esta aportación se pretende animar al uso del poder sanador del grupo. Un grupo entrenado, donde la persona facilitadora busque llegar a su potencial máximo, podrá alcanzar metas para sus componentes a las que en muchos casos no se llegaría en las mismas condiciones a través de la suma de diferentes resultados individuales.
Son múltiples los ámbitos de intervención; terapia psicológica y desarrollo personal, educación y formación, salud, vulnerabilidad social, recursos humanos, …. Y en todos los casos puede suponer un ajuste metodológico que implica en la persona facilitadora una renuncia al uso del poder para que quede distribuido entre los participantes. Junto a ello se tendrán que desarrollar competencias y habilidades que faciliten ese resultado óptimo al que se espera llegar.
Para saber más: Gladding, S.T. (1994). Effective group counseling. Greensboro (Carolina del Norte, EE.UU.): University of North Carolina at Greensboro.
Sobre el autor:
Ernolando Parra Parra, licenciado en Psicología. Bombero profesional en la Comunidad de Madrid. Miembro supervisor de la Asociación de Counselling Humanista Española. Gerente en e-psicocounselling. Socio fundador en Farmakoteralia. Formador en diversos cursos y postgrados en las áreas de la intervención social, counselling, atención al duelo e intervención psicológica en emergencias.
Máster Universitario en Relación de Ayuda y Counselling.
Postgrados de Psicología, Terapia Ocupacional y Logopedia
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