Despertar el Encuentro en la Universidad
El ser humano es un ser de encuentro. También en la educación debe producirse el encuentro entre el profesor y el alumno. Y es en ese espacio donde se pone en juego nuestra relación con el Amor, la Verdad y la Justicia. Sustentar la educación en el encuentro implica despertar la capacidad de diálogo, de vínculo, de inclusión, de cercanía y de acogida.
Ante la sociedad actual donde el multiculturalismo está tan presente en las escuelas y universidades, se nos invita a humanizar la educación, a despertar nuestras conciencias y a promover en los centros educativos la unidad, la dignidad, la comprensión recíproca y el respeto a la diferencia entre otros.
Todo esto trasciende los conceptos, conocimientos y habilidades que queremos aprendan nuestros alumnos, pues como dice Francisco en el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en Bolivia, 2015: “necesitamos instaurar esta cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman. Nadie ama un concepto, nadie ama una idea; se aman las personas. La entrega, la verdadera entrega surge del amor a hombres y mujeres, niños y ancianos, pueblos y comunidades rostros, rostros y nombres que llenan el corazón”.
En el Encuentro con el Mundo de la Cultura en 2013, el Santo Padre nos habla de la universidad como lugar de discernimiento que permite entender y vivir la realidad. Cuando prevalecen los intereses propios propiciamos cualquier posibilidad de aislamiento o cultura del enfrentamiento. El ámbito educativo debe ser generador de esperanza y lugar donde se trabaje la cultura de la proximidad, de la cercanía y del diálogo.