LA CREATIVIDAD Y LA ANIMACIÓN SOCIO-CULTURAL

 

 la animación socio-cultural: lugar de encuentro para la expresión y la creatividad.

El  ámbito de la educación social y concretamente la animación socio-cultural brindan un espacio social lleno de momentos para la potencialización de la expresión creativa. Mediante diferentes técnicas relacionadas con la cultura y el arte, la persona puede desarrollar estrategias de autoconocimiento y establecer interrelaciones sociales.

Alumnos de Técnicas de animación, expresión y creatividad. Grado de Educación social curso 2013-14. Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

Alumnos de Técnicas de animación, expresión y creatividad. Grado de Educación social curso 2013-14. Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

El ámbito de la educación es un medio único para potenciar y respetar la imaginación del niño y del adulto sea cual sea su circunstancia de vida; de este modo persona entenderá toda su riqueza interior y el mundo al que pertenece. Para ello, se debe propiciar un lugar para crear y aumentar la creatividad, para contar con o sin palabras, para resolver un problema de múltiples maneras; un lugar para expresar y así, elevar el pensamiento, la intuición y la acción a realidad.

El estímulo para dar forma a “eso que llevamos dentro” y “está esperando para salir”, puede ser la respuesta a una búsqueda personal, una reconciliación con nosotros mismos y el despertar de los sentidos. Desde la experimentación y la vivencia de los procesos creativos propios y ajenos, individuales y grupales, es donde se hace posible el desarrollo de la capacidad expresiva.

Las herramientas y las técnicas para potenciar la expresión creativa de la persona son muchas, tantos como situaciones y realidades en el ámbito educativo puedan darse, pero la base, sin duda, está en el objeto cotidiano, cercano a los intereses de la persona; sus historias, los cuentos, las dramatizaciones, las imágenes, su imagen, su proyección, los colores que le rodean, las formas, la luz y la sombra, su cuerpo, la naturaleza que debe respetar…; para de este modo, encontrar nuevos mundos y así entender éste, conociéndose y reconociéndose.

Concretamente, desde el ocio y el tiempo libre, el educador social y el animador sociocultural ayudan a desarrollar la expresión y la creatividad, para que la persona pueda crear sus propias herramientas encaminadas al autoconocimiento, la convivencia y el acercamiento a la cultura. De una forma constructiva y lúdica podrá llegar a formar su grupo de teatro, realizar creaciones plásticas o narrar historias a través de imágenes, y de esta manera, como decía Carme Almerich (2001), poder alcanzar un aprendizaje de convivencia libre y amistosa, de trabajo creativo e imaginación, de iniciativa y de coordinación grupal, para romper la barrera de la soledad de la incomunicación, sabiendo siempre encontrar puntos de contacto y de comprensión.

Como dijo Paulo Freire (1982) “el hombre no es solo <<un ser en el mundo>> es <<un ser con el mundo>>. No es un objeto, sino que tiene la posibilidad de situarse en el mundo como sujeto, comprenderlo, integrarlo, establecer relaciones consecuentes y, por medio de su trabajo y su acción creadora, transformarlo”.

El hecho de crear será una conquista, un logro hacia la expresión, dando generosamente y recibiendo lo que tienen que decir los demás, los compañeros, la cultura, el mundo y, de este modo, contribuir a una sociedad más humana y creativa.

Dra. Eva Muñoz Guinea

Profesora de Técnicas de animación, expresión y creatividad. Grado de Educación Social.

Editado J.Calero

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