Exhibición unidad canina de la UME

Esta semana nuestros alumnos de primer curso han asistido a una magnífica exhibición de la unidad canina de la UME (Unidad Militar de Emergencias), dónde han podido conocer la gran labor que ejercen estos cánidos en situaciones de catástrofe o emergencia.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) es una fuerza conjunta, organizada con carácter permanente, que tiene como misión la intervención en cualquier lugar del territorio nacional, para contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos, junto con las instituciones del Estado y las Administraciones Públicas, en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas.

Foto de María Moreno Manrique

 

 

El binomio – perro y guía – constituyen cada uno de los equipos cinológicos que la UME tiene en su plantilla para la búsqueda y rescate de personas desaparecidas, tanto vivas como fallecidas. Todos los perros de los equipos de rescate de la UME están entrenados para actuar en todo tipo de catástrofe, independientemente de su origen.

Si bien los equipos cinológicos pueden trabajar de manera aislada, normalmente lo harán encuadrados dentro de una unidad, como son los equipos de búsqueda y rescate urbano (USAR), acreditados por Naciones Unidas para trabajar en catástrofes producidas por seísmos, tanto en territorio nacional como en el exterior. Con el Programa de Instrucción y Adiestramiento se garantiza que estos equipos estén activados en el plazo de una hora y estar en condiciones de embarcar en avión, si fuera necesario, en 2,5 horas con todo el material y equipo necesario para su intervención.

Aludes, deslizamientos de terreno y riadas, estructuras colapsadas y grandes áreas, éstas son las cuatro emergencias en las que todos los perros de búsqueda y rescate de la UME llevan a cabo su labor para localizar a personas desaparecidas. Compartir especialidades no resta operatividad a los equipos cinológicos, ya que para el perro supone un entrenamiento muy variado y desarrollado en diferentes escenarios, evitando, de este modo, el aburrimiento y la saturación.

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Mientras que los guías caninos someten a los perros a una exigente instrucción, éstos la ven como si fueran juegos. Es, precisamente, esta pasión con el juego, lo que hace que los perros de los equipos de búsqueda y rescate estén preparados para actuar bajo cualquier situación.

Sin embargo, no es una tarea fácil y sencilla; se trata de un proceso largo y progresivo, que puede durar hasta dos años conseguir que un perro esté adiestrado y alcance una capacitación general en la búsqueda en estructuras colapsadas, grandes áreas, deslizamientos de terreno, inundaciones o aludes.

Así, se establecen diferentes niveles de instrucción. En primer lugar, los perros deben superar un curso desarrollado en la Escuela Cinológica de la Defensa, en Madrid, durante cuatro meses, lo que les acredita haber alcanzado el nivel básico. Posteriormente, ya en cada batallón, los perros se entrenan para alcanzar el nivel intermedio, que perfecciona el anterior, mediante la instrucción y adiestramiento específico, variable en cuanto a duración. Por último, el nivel superior continúa perfeccionando el entrenamiento específico y faculta a los guías caninos para intervenir en cualquier tipo de emergencia.

No importa el escenario en el que tengan que trabajar estos equipos, el estrecho vínculo forjado entre el perro y su guía, fruto del trabajo diario, convivencia y conocimiento mu- tuo, es una garantía de éxito en sus intervenciones.

En toda catástrofe, el factor tiempo resulta de vital importancia. Un perro perfectamente adiestrado es capaz de batir una superficie de 100 m2 en unos cinco minutos, mientras que cualquier experto tardaría, con ayuda de aparatos, más de 45 minutos. Ello hace que el mejor amigo del hombre siga siendo insustituible en las tareas de búsqueda y rescate, a pesar de los avances tecnológicos.

Los perros de búsqueda y rescate de la UME son un componente más de la unidad: corren por la mañana en torno a unos diez kilómetros, junto a sus guías o en compañía de otras personas para socializarse; recorren varios de los obstáculos de la pista militar; son capaces de subir y bajar una escalera colocada verticalmente… Para no cargar demasiado muscularmente al animal, también se dedica especial atención a la natación, ya que, además de no sobrecargar los músculos, también se potencian zonas musculares no trabajadas y es muy aconsejable para recuperar lesiones.

Esta maquinaria perfectamente engrasada garantiza el trabajo de estos soldados de otra especie, desde aquí les damos las gracias a estos héroes de cuatro patas.

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