ACEITE DE COCO: BENEFICIOSO PARA EL ORGANISMO
En respuesta a la noticia publicada en el diario El País el día 24 de agosto cuyo título fue: Una profesora de Harvard enciende el debate sobre el aceite de coco al calificarlo de “veneno puro” escrito por Karin Michels, en la que se afirma que se trata de veneno puro siendo uno de los peores alimentos que se pueden usar, cabe aclarar diferentes aspectos:
La autora afirma varias cuestiones, entre ellas que no existen estudios en humanos. Esta afirmación no es del todo correcta como podemos leer en el resto del artículo. La segunda afirmación de la autora es que dice que “Es más peligroso que la manteca, ya que contiene un 92% de ácidos grasos saturados y casi no tiene ácidos grasos esenciales. Las grasas saturadas bloquean las arterias que van al corazón y pueden conducir a la muerte cardíaca, destacando que cuanto más aceite de coco se consume, más se bloquean las arterias y más riesgo de infarto existe”. Mientras que autores como Khaw, en su artículo científico “Randomised trial of coconut oil, olive oil or butter on blood lipids and other cardiovascular risk factors in healthy men and women” publicado en la revista BMJ Open en marzo de este año (doi: 10.1136/bmjopen-2017-020167), en el que se demuestra que tras la administración durante 4 semanas de 50g diarios tanto aceite de oliva extra virgen, mantequilla y aceite de coco extra virgen, con ninguno de los aceites se eleva el colesterol LDL y por el contrario con el aceite de coco se eleva el HDL o colesterol bueno sin aumentar el colesterol total, a diferencia de lo que ocurre con la mantequilla. Además con el aceite de coco no hubieron cambios en el peso, Índice de Masa Corporal (IMC), adiposidad central, glucemia en ayunas o presión arterial sistólica o diastólica, por lo que es falso que perjudique el sistema cardiocirculatorio.
Estos resultados obtenidos por Khaw KT, se pueden explicar por la composición en ácidos grasos de cadena media (AGCM) que contiene el aceite de coco que se distinguen de los de cadena larga (AGCL), e incluso de los de cadena corta, en el proceso de digestión y absorción que llevan a cabo. En este sentido, la hidrólisis que se da por ejemplo en los de cadena larga es mucho más larga que la hidrólisis de los de cadena media que es mucho más eficaz. Asimismo, la absorción de los AGCM es más rápida y más eficiente que la de los AGCL. A este respecto resulta muy interesante que los AGCM estimulan menos la secreción de colecistoquinina (necesaria para que salga la bilis de la vesícula biliar llegando finalmente al intestino delgado), de los fosfolípidos biliares y también de colesterol, que los AGCL, lo que significa que en situaciones en las que hay deficiencia de sales biliares, los AGCM pueden absorberse del mismo modo ya que no la necesitan tanto para la emulsión, al contrario de lo que pasa con los AGCL en los que es fundamental la presencia de bilis para la absorción plena. Asimismo ocurriría exactamente igual con la falta de lipasa pancreática en el duodeno (derivada también de la falta de colecistoquinina). Esto se explica porque los triglicéridos de cadena media (TGCM) que contiene el aceite de coco y que son ricos en AGCM como ácido caprílico (8C) y ácido cáprico (10C), son hidrolizados por las lipasas gástrica, la lipasa lingual, y la intestinal, y rápidamente ya pueden ser absorbidos, sin necesitar a la lipasa pancreática ni emulsionarse con la bilis. Tampoco se re-esterifican en el enterocito, y esto hace que no circulen por la vía linfática si no que son transportados por la vena porta ya que pueden entrar en las células intestinales en forma de diglicéridos y monoglicéridos, los cuales son hidrolizados por la lipasa de la mucosa de estas células, pasando a AGCM y glicerol, y los AGCM libres se unen a albúmina y son transportados por vía sanguínea a través de la vena porta llegando rápidamente al hígado. Debido a esta velocidad de flujo sanguíneo portal es muchísimo mayor a la que presenta la linfa, los AGCM son absorbidos con rapidez y llegan inmediatamente al hígado.
Todo esto hace que, no solo no perjudican la salud, sino que por el contrario hay trabajos de prestigio científico que afirman lo que se asume desde hace años, y es que es el aceite de coco es muy beneficioso. En este sentido, se ha visto la idoneidad del aceite de coco especialmente en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer (How does coconut oil affect cognitive performance in alzheimer patients?, Nutr Hosp. 2017 Mar 30;34(2):352-356; Coconut oil: non-alternative drug treatment against Alzheimer´s disease, Nutr Hosp. 2015 Dec 1;32(6):2822-7; Improvement of Main Cognitive Functions in Patients with Alzheimer’s Disease after Treatment with Coconut Oil Enriched Mediterranean Diet: A Pilot Study. J Alzheimers Dis. 2018;65(2):577-587) o ELA en la que se están realizando actualmente estudios con muy buenos resultados, debido a la producción de cuerpos cetonicos que son altamente neuroprotectores y antioxidantes.
Dr. D. Jose Enrique de la Rubia Ortí- Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
Dra. Dª. María Benlloch García- Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir