Jordi Santiago Pujades, profesor del Instituto de Lenguas en la Universidad Católica de Valencia ha realizado una movilidad de formación Erasmus en el Institut Universitaire des Langues de La Rochelle Université.  A continuación nos cuenta su experiencia:

Si tu Alma mater son los viajes que realizas y las experiencias que te enriquecen de estos, uno de esos lugares es la costa atlántica francesa, en concreto la ciudad de La Rochelle y la gente que trabaja en su joven universidad.

En primer lugar, me gustaría transmitir mi agradecimiento a las personas que me persuadieron y ayudaron a realizar una movilidad Erasmus +: Lucía de Ros, Begoña Barber y Ricardo Más. Asimismo, agradezco enormemente a las personas que me acogieron durante una semana en la universidad de La Rochelle y también en sus casas. Me abrieron sus puertas de par en par, se mostraron disponibles durante toda mi movilidad y, además, compartimos conocimientos y futuros proyectos que nos llevarán más allá de nuestros actuales horizontes y nos permitirán mirar más lejos.

El primer día fui recibido por Catherine Bertrand-Lara (responsable del departamento de español del IUL) y Philippe Pfeffer (codirector del IUL y responsable de lenguas en el IAE-IUL) quien me hizo un tour por la Facultad de Management de La Rochelle presentándome al resto de compañeros. Esa misma mañana asistí a uno de sus cursos de inglés y luego debatimos sobre diferentes estrategias y métodos de aprendizaje de lenguas. Por la tarde presencié otro curso de lenguas, esta vez en español. Del mismo modo que con el señor Pfeffer, debatimos después de clase sobre diferentes aspectos prácticos y pedagógicos.

El resto de la semana transcurrió de una manera similar a lo que aconteció en la primera jornada. Quiero destacar que cada uno de los cursos que presencié pertenecían a itinerarios diferentes de la universidad: letras, management, cursos “prepa”, traducción, geografía e historia, etc. Con cada una de las profesoras que tuve la ocasión de intercambiar opiniones (Sabine Forgues, Genoveva Piqueras y Pamela Ponce), reconocimos y analizamos todas aquellas acciones que nos permiten liderar y aprovechar al máximo un proceso de enseñanza y aprendizaje de lenguas. ¡Fue magnífico!

Por supuesto, no todas las actividades fueron profesionales a lo largo de esta experiencia. Igualmente, visitamos los lugares más históricos de la ciudad, los museos y algunos restaurantes que nos permitieron deleitarnos de la gastronomía marítima rochelesa.

Por último, agradecer a Stephane Aymard (director de la ORI de la universidad) y Sylvain Landron (director adjunto de la ORI) por su disponibilidad y atención en todo momento.

Así que, y después de esta experiencia, animo a todos mis compañeros de la UCV a participar en el programa Erasmus + sin ninguna duda.