Imagen y Política: El vestir de las ideas
Los políticos siempre deberían adecuar su estilismo con la idea que quieran comunicar y esta es la idea en torno a la que gira nuestro artículo de esta semana.
“El ojo que tú ves no es ojo porque tú te veas, es ojo porque él te ve” Antonio Machado fue el autor de esta frase que hoy sirve de ejemplo para comprobar como la imagen es el principal poder para darse a conocer ante los demás. En pleno siglo XXI y con el auge imparable de las redes sociales, la política ha tenido que reinventarse y, hoy en día, cualquier mínimo detalle es importante y, por ello, la imagen juega un papel relevante en los tiempos que corren.
Decía Patrycia Centeno en su libro “Política y Moda” que “con una buena imagen se puede vender una mala idea, pero con una mala imagen es imposible vender una buena idea”. Cuando pensamos en un líder que cumpla estos requisitos quizás os acordáis de Barack Obama. Su imagen impoluta, perfecta, serena, transparente, responsable… Obama es el líder perfecto que siempre sabe adaptar su imagen a su discurso y eso genera un feedback muy positivo por parte de quienes le rodean.
La verdad que Patrycia te hace reflexionar acerca de todas las similitudes que hay entre la política y la moda, unas similitudes que, a simple vista, nos parecen realmente imposibles, pero si analizáis os daréis cuenta de la importancia de estos dos sectores opuestos que no pueden caminar por separado.
Para la autora de este libro, “la relación entre política y moda es total. La política es comunicación y la moda es un lenguaje, y cuando estás comunicando, sea de forma verbal o no verbal estás utilizando esa herramienta” Un aspecto que en nuestro país se ha dejado de lado y se ha tendido a pensar en que la imagen no debe de ser un punto de preocupación para el ámbito político, un error que, quizás, en muchas ocasiones ha generado ciertos problemas como uno de los mítines de José Luis Rodríguez Zapatero en plena crisis y luciendo un cinturón de la firma Hermes valorado en 500 euros o el caso de Ignacio Fernández Toxo, líder de Comisiones Obreras, con una bufanda de Burberry, ¿resulta coherente?
Política y Moda, ¿cuándo surge su relación?
Podemos considerar que el nacimiento de la televisión ha generado esta preocupación por la imagen. Concretamente, fue el primer debate político televisado en 1960 cuando la comunicación no verbal generó su punto de partida en el ámbito político.
Un debate en el que pudimos ver a dos rivales que luchaban por la presidencia estadounidense. Por un lado, el candidato demócrata, John Kennedy, aparecía ante la pequeña pantalla con una imagen limpia, serena, transparente y perfecta. Frente a él, el candidato republicano, Richard Nixon, estaba nervioso, tenso y descuidó su imagen para aparecer ante la televisión. Antes de aquel debate, las encuestas electorales daban como ganador al candidato republicano y, tras ello, Kennedy consiguió ganar aquellas elecciones. Un claro ejemplo de como la imagen cuidada puede dar los resultados que todo político anhela tanto en campaña electoral como en cualquier momento de su carrera política.
No se trata de hacer que los políticos sean todo un icono en el mundo de la moda, sino que sean respetuosos y cuidadosos con la imagen que vayan a proyectar en la sociedad porque, al final, más de la mitad del discurso que quieran transmitir será vendido gracias a la comunicación no verbal que desprendan y, en ella, uno de sus pilares fuertes, sin duda, es la imagen.
Emma Tomás, aluma de la 2ª edición del Máster Universitario en Marketing Político y Comunicación institucional