Logo sí, logo no
Casualidades de la vida me planteé escribir en mi siguiente post sobre los logos y colores insignia de cada partido político en España tema que, siendo exhaustiva, podría darme para una tesis doctoral que por supuesto no la descarto en un futuro no muy lejano. Sin embargo en uno de esos golpes de efecto que tiene la vida, va y el Partido Popular presentó su nuevo logotipo que, dadas las circunstancias, le acompañará en esta llamada ‘refundación’ a la que se enfrentará durante los próximos meses. Y claro obviamente, el debate salta por los aires: logo sí, logo no.
Generalmente cuando una marca cambia cualquier aspecto de su logo o tipografía, todo el mundo le encuentra defectos hasta que pasan unos días, incluso algunas semanas, y nuestra percepción se torna más favorable. Porque en realidad, lo más importante de una marca no es el logo pero sí que es importante que esa marca transmita valores y genere confianza para que los antiguos y los nuevos seguidores se sientan cómodos y reflejados con la misma.
Si es fundamental construir un storytelling alrededor de la marca y las personas, todavía más relevante es que ésta sea creíble, comprensible para todos y que todo ello esté soportado por la imagen, por el logo, por la tipografía, por el color…
Históricamente, el color del logo del PP ha sido azul, aunque ha sufrido variaciones a lo largo de los años pasando de la combinación del azul (color del charrán) con el color rojo (existen 105 tonos de rojo), pasando por el naranja y blanco hasta llegar a la combinación de azul y blanco. Bien pues, parece que esta combinación ha llegado para quedarse entre los populares aunque con cambios visibles de la tonalidad cromática del azul.
Los colores han estado históricamente asociados a diferentes ideologías: el rojo nos llevará a pensar siempre en los partidos de izquierda y el azul, en los de centro-derecha. Dentro del área de la psicología de los colores y a través de innumerables estudios sobre cómo afectan los colores a los sentimientos. El azul tiene su significado más importante en los símbolos y en los sentimientos que no están dominados por la pasión (el azul se considera que es un color frío) de hecho no hay ningún sentimiento negativo que se asocie al azul más bien al contrario, el cielo es azul y por eso es el azul el color divino, el color de lo eterno. Este color es el color de todo lo que deseamos que permanezca, de todo lo que debe durar eternamente y de la fidelidad.
La antigua combinación del rojo y el azul perteneciente a logos anteriores del Partido Popular tiene un contraste simbólico entre ambos colores: activo/pasivo, caliente/frío, alto/bajo, corporal/espiritual, masculino/femenino.
Llama la atención que el nuevo logo del PP es muy similar al logo del Partido Demócrata de Estados Unidos. Aunque también existen opiniones de que es bastante similar (excepto en el color) con el logo del partido Podemos.
En todos estos casos de similitud tanto el logo del Partido Demócrata de EEUU como el logo del Partido Podemos contienen un círculo que se cierra sobre sí mismo y que representan la unidad, lo absoluto, la perfección. Esta figura geométrica no tiene principio ni fin, por eso es un símbolo que se asocia a lo eterno y a lo absoluto.
Por tanto, en mi opinión, el nuevo y controvertido logo del Partido Popular contiene dos significados simbólicos relacionados con el color y el círculo: se quiere utilizar un único color concreto pues el azul psicológicamente se asocia a lo eterno y a la fidelidad, al mismo tiempo el círculo que contiene las dos letras representa la perfección y también lo eterno.
¿Habrá sido casualidad o la combinación de estos dos factores es una decisión premeditada por los diseñadores gráficos del partido en cuestión?
Ángeles Gómez Mañes. Antigua alumna del Máster en Marketing político y Comunicación institucional de la UCV.