Estatuas parlantes
Estatuas parlantes:
¡Cuántas palabras bonitas y no bonitas de nuestro castellano no se utilizan hoy! ¡Cuántas palabras médicas que utilizábamos con normalidad hoy en día han desaparecido o sólo las utilizan unos pocos!
A algunas personas les encanta saber el origen de las palabras, saber sus usos y su historia. Todas tienen un inicio y algunas, un final; algunas, incluso una transformación. El caso que os voy a contar lo viví estando de visita en la ciudad de Roma. Una de las personas que nos guiaba nos preguntó si sabíamos algo sobre las estatuas parlantes. ¿Estatuas parlantes?. Nos contó que se trataba de algunas esculturas antiguas que se colocaron en las plazas o calles de Roma, de época romana e incluso helena, que a partir del siglo XVI y hasta hoy en día se utilizaban para colgar o pegar escritos anónimos con expresiones satíricas en contra del gobierno o de la autoridad. Empezaron las estatuas a “hablar” o a declarar sus ideas, sobre todo políticas, en forma de “palabras escritas”. En total se conocen seis esculturas de este tipo, cada una con su proprio apodo: Pasquino, Madama Lucrecia, Marforio, Fuente del Babuino, Abate Luigi, y la pequeña fuente del Facchino.
Después de que nos contara esto, creció nuestra curiosidad y nos fuimos a ver a Pasquino. Es la escultura de este tipo más conocida y, según la tradición, la primera que se utilizó como “estatua parlante”, muy cerca de la plaza Navona. Allí estaba ocupando un chaflán delante del palacio Orsini de la plaza Pasquino, ese día con solo un par de hojas escritas (pasquines) pegadas en su base.
Sobre la estatua y su origen existen diversas historias, todas ellos muy interesantes. La estatua parece ser que es en realidad un fragmento de un obra helenística, probablemente del siglo III a. C. Representa casi con seguridad a un guerrero heleno. Algunos apuntan a que represente a Menelao sosteniendo el cuerpo de Patroclo moribundo. Hacia 1500 fue trasladada a esta plaza. ¿Por qué se la conoce como Pasquino?; pues realmente no se sabe, sólo hay leyendas. Según algunos, Pasquino era un personaje conocido por sus versos satíricos, quizá un barbero. Otros apuntan a que se trataba de un maestro de gramática latina, que ejercía su docencia en la misma plaza. Otra versión apunta que el nombre podría estar relacionado con el del protagonista de una de las narraciones del Decamerón de Boccaccio.
Otra apunta a un gladiador romano llamado Pasquino al que el gobierno imperial le hizo una estatua y con el tiempo, por alguna razón que no llegó hasta nosotros, se hizo costumbre fijar libelos o escritos satíricos en el pedestal de la estatua.
En español también existen las palabras pasquín y pasquines ¿tendrán alguna relación? Pues sí, resulta que según dicen los entendidos, esta palabra llegó a España en el siglo XVI y se utilizaba para referirse a escritos anónimos que se repartían o colocaban en lugares públicos con contenidos que denunciaban las prácticas anormales de los que dirigían. Aquí no se pegaban sobre estatuas, se repartían por las calles o se pegaban en paredes, pero su finalidad fue la misma.
¿Cuántas palabras tienen detrás toda una historia y compartimos varios pueblos a la vez?