Caso clínico: Empleo de una plastia rotacional tras la extirpación de un sarcoma.
Os presentamos a Duna (Fig. 1.), una perrita mestiza de 4 años de edad, que fue remitida al Servicio de Oncología del Hospital Veterinario de la Universidad Católica de Valencia para evaluación de una masa a nivel de la tibia proximal en la cara interna de la extremidad posterior izquierda.
Duna, pese a su corta edad ya había sido intervenida con anterioridad dada la presencia de un tumor de carácter maligno en ambas cadenas mamarias.
Tras la anamnesis, exploración física y evaluación de la masa citológicamente se determinó que el origen de esta pudiese ser un sarcoma
(Fig. 2).
Los sarcomas de tejidos blandos forman parte del grupo de tumores mesenquimales, lo que significa que pueden aparecer en cualquier tejido de origen mesenquimal. En este grupo de neoplasias se incluyen los fibrosarcomas, Schwanomas, hemangiopericitomas, neurofibromas, mixosarcomas, sarcoma histiocitico, liposarcomas y tumores anaplásicos o indiferenciados y constituyen el 15% de las neoplasias cutáneas/subcutáneas en el perro.
La cirugía con márgenes quirúrgicos completos es el tratamiento de elección. Se recomienda, siempre que sea posible más de 3 cm de márgenes y en profundidad, al menos un plano tisular más allá de la localización del tumor. El diagnóstico definitivo y clasificación del tumor siempre viene dado por la histopatología.
Dados los hallazgos clínicos y ante las altas probabilidades de que la masa de Duna fuera un sarcoma, la paciente fue remitida al servicio de Cirugía del Hospital Veterinario, para la resección quirúrgica de la misma y posterior estudio histopatológico para confirmar el diagnóstico.
Tras realizar la evaluación preanestésica completa (hematología, bioquímica, radiografías de tórax y electrocardiograma), Duna fue intervenida con el objetivo de realizar una escisión completa con márgenes de 3cm (Fig. 3.) de la masa y posterior reconstrucción de la zona afectada mediante colgajos de avance. Debido al gran defecto que se deja tras la escisión y a la poca distensión que presenta la piel en esa zona tras la aproximación proximal y distal mediante colgajos rotacionales, se decide dejar un defecto de unos 3 cm de diámetro para que cierre por segunda intención(Fig. 4). El tumor junto con los bordes seccionados se envían íntegros al laboratorio de histopatología, siendo el diagnóstico definitivo de tumor de vaina de nervios periféricos de escasa agresividad local (grado I) y de extirpación completa.
24 horas tras la cirugía se le inyecta a Duna Plasma autólogo Rico en Factores de Crecimiento (PRFC) a lo largo de toda la incisión quirúrgica con el objetivo de favorecer la cicatrización del defecto.
Duna permanece hospitalizada en el centro durante 9 días, para asegurar el control de la movilidad de la extremidad, la evolución del defecto y la asepsia del mismo, así como la realización de curas diarias y masajes de la extremidad para favorecer el drenaje. Posteriormente Duna acude al centro hospitalario dos veces por semana para el control del cierre por segunda intención del defecto que evoluciona favorablemente (Fig. 5). Un mes y medio tras la intervención quirúrgica el cierre del defecto es completo y Duna es dada de alta (Fig. 6.)
Desde el Hospital Veterinario de la UCV agradecemos a Duna y a su propietaria su paciencia y perseverancia. Todo el equipo humano del hospital veterinario nos encontramos ampliamente satisfechos de haber podido contribuir en su recuperación y mejora de calidad de vida.