Misión: Dar a conocer la profesión

Aunque somos cada vez más los que andamos entusiasmados con la aparición y crecimiento de la profesión de Educador Social, queda todavía mucho camino por recorrer hasta que el hermano pequeño del campo educativo llegue a su madurez.

Aceptar esta cuestión como un reto, nos debe comprometer a analizar en profundidad los distintos aspectos en los que podemos ayudar a esclarecer su función social y potenciar así su existencia.

Al hilo de este empeño, queremos desde aquí lanzar nuestra reflexión, que sirva de concreción de esta responsabilidad compartida. En nuestro razonamiento hemos partido de la idea de que hay una cuestión básica ante el intento de potenciar una profesión, que es la de aceptar que sólo adquirirá rango profesional si logra prestar un servicio a la sociedad que no sea propio de otra profesión. Así pues la Educación Social, para conseguir su objetivo, tiene que encontrar su espacio, sin lugar a duda formando equipo con otros profesionales, pero dejando clara las ventajas que aporta su presencia,  dentro del conjunto interdisciplinar.

A la par de ir haciéndose su hueco profesional, con cierto monopolio, debe también encontrar modos de darse a conocer como un derecho de  la sociedad. Hay que admitir que la categoría profesional es algo que otorga la ciudadanía, y es ella la que debe llegar a la conclusión de que es importante e imprescindible la figura del educador social en el entramado social.

A raíz de esta idea, surgió un interrogante entre los alumnos de 4º curso de este grado: ¿hay realmente un conocimiento social de  nuestra futura profesión? Para dar luz a esta cuestión se decidió realizar un estudio entre la población cercana a los estudiantes, con el objeto de obtener respuesta sobre esta cuestión tan esencial. Las conclusiones obtenidas por los distintos grupos de trabajo se presentan a continuación:

El primer grupo, formado por Clara Bohigues, Ana LLambés, Rubén Fenollosa, Inma Mir, Marta Bonet y Adrián García, han realizado el estudio entre los estudiantes de Grado de  Educación Social y Magisterio de Educación Primaria de la UCV. Para ello han encuestado a 120 alumnos (60 de cada Grado). Las conclusiones obtenidas son:

  • La mayoría de estudiantes de Magisterio dicen no conocer lo que es la Educación Social, pero aquellos que dicen conocerla tienen una idea aceptable de lo que es.
  • Hay estudiantes que realizan el Grado de Educación Social que dicen saber lo que es, pero con sus respuestas se observa que no lo tienen del todo claro.
  • En ciertas cuestiones interrogadas, los estudiantes de Magisterio han tenido más aciertos que los de Educación Social (dentro del porcentaje de estudiantes de Magisterio que han afirmado que conocían la Educación Social).
  • El 5% de estudiantes de 1º Educación Social, han declarado no saber o saber mínimamente, lo que es la Educación Social.

El segundo grupo, compuesto por Carles Benavent, Lidia Valls, María Ardid, Juanjo Arribas, Arturo Palacios y Alba Dalmau han realizado su estudio con personas de su entorno. Han atendido a las variables de edad (franjas entre 18-30 años, 31-50 años y más de 51 años) y sexo (masculino y femenino en cada una de las franjas de edad), realizando un total de 110 encuestas. Una vez extraídos los datos y realizadas las conclusiones del estudio  destacan:

  •  Las diferencias observadas en cuanto al conocimiento de la profesión, han sido fundamentalmente en relación con la variable edad y no con la variable sexo. Los más jóvenes son más conscientes de lo que es la Educación Social, aunque de manera muy general.
  • Nuestro perfil profesional se atribuye a otros profesionales, como los pedagogos y trabajadores sociales, por lo que consideran que la figura del educador social no está reconocida social y profesionalmente ya que se relacionan otras funciones profesionales a la Educación Social y viceversa.

El tercer grupo, compuesto por Lucía Sánchez, Mara Herrero, Raquel Nadal, Elisa Pujante y  Clara María Ortiz han centrado su estudio en hombres y mujeres en edades comprendidas entre 20 y 26 años. En su investigación han concluido que:

  • La gran mayoría aparentemente sí que saben a nivel teórico lo que es la Educación Social, pero no cuáles son sus funciones ni sus ámbitos de actuación.
  • Las mujeres encuestadas conocen más la Educación Social que los hombres.
  • En líneas generales consideran que es una profesión vocacional.

 

Intuir que estos resultados han interpelado a los futuros educadores sociales es evidente. El compromiso que se llevan es expandir entre su círculo de allegados el conocimiento de su profesión hasta lograr su reconocimiento. ¿Les quieres ayudar? Te invitamos.

Lucia Ballester. Profesora de Ética y Deontología Profesional Grado Educación Social UCV.

Grupo de cuarto de Grado de EDS UCV.

Editado: J. Calero

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