Las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tienen inmensas repercusiones en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida. Vivimos en una sociedad en la que se producen constantemente cambios que implican necesariamente el desarrollo de sistemas de enseñanza permanentes (a lo largo de toda la vida) en todos los sectores y profesiones que respondan a las exigencias y los retos de esta “moderna” sociedad. Además de la introducción de las TIC en los sistemas de educación formales y reglados, es necesario incluirlos en los contextos más abiertos, sociales y flexibles. En este sentido los educadores y educadoras sociales, como profesionales en ámbitos de actuación tan diversos (edad adulta, marginación social, discapacidad y otros entornos en educación no formal), pueden contribuir en una educación digital encauzando además todo el potencial que ofrecen las TIC en beneficio de la persona y su organización social.

Todas las personas, en todas partes deberían de tener las mismas oportunidades y ventajas que las TIC ofrecen para su progreso y bienestar, pero la realidad es que esto no es posible mientras exista la denominada brecha digital. Dicha brecha digital hace referencia a las desigualdades generadas entre las personas y comunidades (etnias, culturas, clases o géneros) con acceso y conocimiento de las TIC y las que no lo tienen. La brecha digital puede llegar a ser un elemento más de exclusión para todos. Para reducirla, es importante desde edades tempranas educar en una capacitación digital, puesto que los jóvenes son la fuerza del futuro, los principales creadores y consumidores de TIC. Pero tampoco hay que olvidarse de aquellos jóvenes que no han tenido aún la posibilidad de aprovechar las oportunidades que brindan las TIC, los grupos marginados y vulnerables de nuestra sociedad (emigrantes, personas internamente desplazadas, refugiados, desempleados, personas desfavorecidas, minorías, …), con los que también hay que trabajar en mejorar su alfabetización digital y contribuir entre todos hacia una sociedad integradora.

Desde nuestro Grado de Educación Social en la Universidad Católica de Valencia, contribuimos en nuestro granito de arena para trabajar contra las desigualdades generadas por la brecha digital desde la asignatura de “Tecnología de la Información y Comunicación”. Con esta asignatura contribuimos a una alfabetización digital de nuestros propios estudiantes. Por otro lado, utilizan numerosos recursos y herramientas TIC para crear trabajos y recursos útiles en otras asignaturas y proyectos universitarios. Pero lo más importante de todo, es que mejoran las intervenciones que realizan en sus centros de prácticas externos, lo que a su vez les permite reflexionar y analizar en el aula dichas intervenciones con TIC para entre todos poder mejorarlas.

Estudiantes de Educación Social (2º) en la en clase TIC:

Trabajando en el aula TIC: Profesora y alumna en una práctica de grabación de vídeo

Trabajando en el aula TIC: Estudiantes realizando sus proyectos TIC

Trabajo de una alumna (V. Navarro) a modo de ejemplo:

Rocío Fdz – Profesora TIC de 2º del Grado de Educación Social