Aprendizaje cooperativo e inclusión educativa, por Antonio Vallés Arándiga

Aprendizaje cooperativo e inclusión educativa, por Antonio Vallés Arándiga

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La escuela inclusiva es aquella que ofrece respuestas adecuadas a la diversidad de su alumnado. Ello implica la sensibilización de todos los sectores de la Comunidad Educativa sobre la necesidad de convivir con la diferencia y aprender de ella para el desarrollo personal y social.

La inclusión educativa debe prestar especial atención al alumnado en situación de riesgo que se encuentre en situaciones desfavorecidas y en riesgo de exclusión social, a través de medidas que garanticen su asistencia, su participación y desarrollo personal en el proceso de aprendizaje. Para ello es necesaria la implicación de los poderes públicos y las políticas educativas se sensibilicen y proporcionen los recursos necesarios para hacer efectivas dichas medidas de inclusión.

El aprendizaje cooperativo como metodología inclusiva

El Aprendizaje Cooperativo y la Educación Inclusiva son dos términos que se implican
mutuamente. Si la filosofía de la inclusión educativa es la participación efectiva e interrelación de los alumnos entre ellos respetando las diferencias y solidarizándose con ellas, el aprendizaje en grupo cooperativo es la solución metodológica y didáctica para participar, sentirse incluido en el grupo, sentirse aceptado y aumentar la percepción de valía personal (Autoestima).

boy-330582_1920La implementación del aprendizaje cooperativo en centros educativos y aulas constituye un recurso
educativo eficaz para fomentar la educación inclusiva, basándose en las interacciones comunicativas que se producen entre iguales. Este enfoque aborda la construcción del aprendizaje desde situaciones reales donde estudiantes de
diferentes disciplinas comparten protagonismo en la elaboración de un producto final en forma de resumen, mapa conceptual, o cualquier otro medio expresivo, del que todos se sienten responsables por el aporte personal y el sentido de pertenencia al grupo (Navarro, González, López y Botella, 2015, p. 101; citados por García-cuevas y Hernández, 2016).

Las ventajas de trabajar en modo cooperativo en las escuelas inclusivas es la mejora  notable de las actitudes y motivaciones positivas y una mayor atracción interpersonal hacia el alumnado diferente como ponen en evidencia distintas investigaciones (Gillies, Nichols, Burgh y Haynes, 2012; entre otros), frente a otros modos de concebir el aprendizaje como la competitividad o el individualismo.   Además, se ha constatado que el uso de las técnicas de aprendizaje cooperativo en las escuelas inclusivas con alumnos con discapacidad intelectual y/o con necesidades específicas de aprendizaje mejoran el autoconcepto, el sentimiento de pertenencia al grupo e incrementan la calidad de la producción y el rendimiento escolar (Hick, Farrel, Kershner, 2009).

En el grupo cooperativo (de composición heterogénea, diversa), todos los componentes se ayudan y contribuyen al aprendizaje de sus compañeros, y se presenta como una alternativa interesante para la adquisición de otros contenidos que se asimilan a través de la convivencia con otras personas que, en función de la diversidad inherente al ser humano, aprenden, opinan o actúan de forma diferente. El trabajo cooperativo facilita que un conjunto de personas puedan interaccionar para la obtención de un bien compartido, en el que se acepta y se entiende como positivo que toda persona puede aportar aspectos y dimensiones diferentes en el proceso de aprendizaje, entendiendo que el aprendizaje no tiene por qué ser unívoco (Lata y Castro, 2015).

Proyectos cooperativos en inclusión educativa

Son numerosas las experiencias que se han desarrollado en nuestro país implementando proyectos cooperativos en centros y aulas inclusivas, por ejemplo: Andrés, Olivas y Sánchez, (2010) en IES, Pedreira y González,(2014) en centros de Educación Primaria; García-Cuevas y Hernández (2016) en aulas con alumnos con TEA; Martín Andrade (2011) en un centro de Educación Primaria en un alumno con discapacidad visual, CEIMA FERROL (2014) con alumnos con síndrome de Down, por citar algunos de ellos  más recientes, aun a sabiendas de las numerosas experiencia que se están desarrollando en centros y aulas de nuestro país en la actualidad.

A continuación se explican varios proyectos relacionados con la inclusión educativa que tienen un carácter cooperativo: Los trabajos desarrollados por el profesor Pujolàs y su equipo y las comunidades de aprendizaje, así como otros que ejemplifican el buen hacer pedagógico aplicando las técnicas del trabajo en grupo de modo cooperativo.

Proyecto PAC (Pujolàs, 2010) y Programa CA/AC (Pujolàs, 2008)

El programa PAC (Programa Didáctico inclusivo para atender en el aula al alumnado con necesidades educativas diversas. Una investigación evaluativa) y el programa CA/AC, (es el acrónimo de Cooperar para aprender y Aprender para cooperar), ambos vinculados y dirigidos a la inclusión educativa de los alumnos con necesidades específicas de aprendizaje y al alumnado con diversidad de cualquier índole. Diseñado para que puedan aprender juntos, en las aulas comunes, todos los escolares, con necesidades educativas diversas a través de los grupos cooperativos en la escuela ordinaria.

Sus autores, Pujolàs, y Lago (2008) lo definen como: “…una forma de estructurar las distintas actividades formativas de las distintas áreas del currículum que propicie la interacción entre los participantes y en torno del trabajo en equipo, además –por supuesto- de basarse en la necesaria interacción entre el profesorado y los alumnos y las alumnas, y en el trabajo individual”.

Los autores describen su programa cooperativo para la inclusión educativa en tres ámbitos de intervención según se refleja en el siguiente gráfico:

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  • El ámbito de intervención A: cohesión de grupo.
  • El ámbito de intervención B: trabajo en equipo como recurso para enseñar.
  • El ámbito de intervención C: el trabajo en equipo es un contenido a enseñar.

Aprendizaje cooperativo y alumnos ACNEE y ACNEAE

Se emplea el acrónimo ACNEAE (alumnado con necesidad específica de apoyo educativo) para los alumnos que requieren una atención educativa diferente de la ordinaria por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, TDAH, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o historia escolar.

Se emplea el acrónimo ACNEE (alumnado con necesidades educativas especiales) para hacer referencia a los alumnos con necesidades educativas especiales que requiera, en un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de la conducta.

Las experiencias de trabajo cooperativo con una finalidad inclusiva con estos alumnos son numerosas. Entre ellas podemos encontrar:

  • Experiencias con un alumno ciego
  • Experiencias con  alumnos con TEA
  • Experiencias con  alumnos con síndrome de Down
  • Experiencias con  alumnos con  altas capacidades. Recopiladas en una publicación de la Fundación  SM. Con carácter meramente informativo y de reseña se exponen algunos puntos genéricos de sus trabajos.
    • Primer ámbito: la cultura de la cooperación
    • Segundo ámbito: la red de aprendizaje
    • Tercer ámbito: la unidad didáctica cooperativa
    • Cuarto ámbito: la red de enseñanza

Sobre el autor

antonioAntonio Vallés Arándiga. Doctor en Psicología, profesor asociado de la Universidad de Alicante, donde desarrolla su labor docente en el área de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos del Departamento de Psicología de la Salud, y pedagogo del Centro de Recursos Educativos Espíritu Santo de la ONCE en Alicante. Es autor de numerosas obras psicopedagógicas y de inteligencia emocional dirigidas a profesionales de la educación, padres y alumnos.

Máster en Atención Integral a Personas con Discapacidad

UCV

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