¿Influye la religiosidad en la autoestima?
¿Tienen más autoestima las personas que tienen creencias religiosas (creen en Dios, etc.) y llevan a cabo comportamientos religiosos (rezan, participan de la liturgia comunitaria, etc.), que las que no? Esta cuestión liga directamente las convicciones religiosas y las autovaloraciones personales.
Según Bernhard Grom, psicólogo de la religión, la creencia en Dios sería una fuente de autoestima, al ser vivenciado como un ser que acepta y valora de manera incondicional y positivamente a la persona. Un aspecto clave residiría en la concepción que se tuviera de Dios, bien como un padre benigno que acepta y ama sin condiciones, bien como un juez implacable que anota las faltas y las carga en el haber de la propia conciencia exigiendo una reparación.
Las convicciones religiosas no sólo apoyarían y confirmarían una positiva autoestima, sino que también influirían en su estructuración y mantenimiento, ya que en su ámbito específico de los valores éticos y personales atribuyen al individuo el valor y la dignidad de interlocutor de una instancia sobrehumana. Según Grom, la autoestima proporcionaría al individuo ayuda para distanciarse de autovaloraciones negativas, de ligeras depresiones, del rigorismo perfeccionista y excesivo, y para superar los fallos y errores personales en ámbitos concretos de actuación personal. Asimismo, facilitaría la modificación de esquemas autovalorativos negativos que se hubieran convertido en habituales, y la centración en las cualidades personales positivas al permitir tomar conciencia de la propia responsabilidad, desde una instancia no sólo ética sino también y sobre todo trascendente, para colaborar en el propio bienestar y el de los demás. Por otra parte, la autoestima positiva permitiría la relativización de ciertas valoraciones extremas que tienen su origen en el medio social, hasta el punto de sentirse legitimado y rehabilitado en las propias convicciones por una instancia trascendente. Finalmente, la autoestima orientaría positivamente la conciencia moral, al facilitar la confesión de los propios fallos y la aceptación de la culpa moral, permitiendo no sentirse abandonado al juicio de la propia conciencia y de los demás sino, por encima de ello, aceptado por Dios.
La relación positiva entre religiosidad y autoestima está avalada por un importante volumen de trabajos, si bien no faltan otros que informan de relación negativa de la religiosidad intrínseca con la autoestima, pero positiva con la culpa.
Autor: Dr. Ximo García