Lala es una Beagle de 7 años que acudió al Hospital Veterinario de la UCV para ser evaluada de una cojera en la extremidad posterior izquierda que no respondía al tratamiento convencional con antiinflamatorios (Imagen 1).
Los propietarios de Lala detectaron la cojera tras el paseo diario, sin que el animal hubiera sufrido ningún golpe o caída. Inmediatamente comenzó con tratamiento antibiótico y antiinflamatorio, pero no observaron mejoría de la sintomatología, de modo que a los 6 días acudieron al Hospital Veterinario de la UCV para que Lala fuera evaluada por el Servicio de Traumatología y Ortopedia del centro.
Durante la exploración ortopédica se evidenció una cojera con apoyo y carga de la extremidad posterior izquierda y en la palpación se detectó la presencia de efusión articular, con dolor a la flexión e hiperextensión de la rodilla. Se realizaron las pruebas de cajón directo e indirecto, que consisten en la manipulación de la articulación de la rodilla para determinar si existe inestabilidad articular como consecuencia de la lesión del ligamento cruzado anterior. En este caso tanto la prueba de cajón directo como indirecto fueron positivas, lo que nos indicaba que existía lesión del ligamento cruzado anterior.
Tras la exploración ortopédica se procedió a la realización del estudio radiológico de la articulación de la rodilla, donde se detectaron signos de efusión articular y cambios degenerativos leves en la articulación.
Llegados a este punto se establece el diagnóstico de lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla izquierda y se propone tratamiento quirúrgico mediante la técnica de avance de la tuberosidad tibial (TTA).
La lesión del LCA es la principal causa de cojera de la extremidad posterior en perros y la causa más frecuente de artrosis degenerativa secundaria en la articulación de la rodilla. La edad, raza o el sobrepeso se consideran factores predisponentes de este tipo de lesión.
El procedimiento de TTA se asocia a resultados satisfactorios, con un bajo índice de complicaciones. Para llevar a cabo este tipo de técnicas nuestro hospital dispone de un equipo humano especializado con una amplia experiencia en esta área y de todo el equipamiento técnico necesario.
Tras la cirugía se aplicó un vendaje Robert-Jones y se realizaron radiografías de control de la extremidad, donde se verificó el correcto posicionamiento de los implantes (Imagen 2). Tras 24h de hospitalización, dada la evolución favorable, la paciente recibió el alta hospitalaria bajo las recomendaciones de reposo, continuar con el tratamiento médico y revisión semanalmente.
Durante la primera revisión, 2 semanas después de la cirugía, los propietarios ya describen mejoría en la paciente, que pese a su buena evolución, debe continuar guardando reposo durante al menos 6 semanas.
Desde el Hospital Veterinario de la UCV nos encontramos muy satisfechos de haber podido ayudar a recuperar la actividad diaria y de haber contado con la confianza y la colaboración de sus propietarios y veterinario.