Políticas restringidas de visitas familiares durante la pandemia
Políticas restringidas de visitas familiares durante la pandemia, por María Cruz Martín Delgado.
Políticas restringidas. La respuesta a la pandemia de COVID-19 ha incluido restricciones drásticas de visitas al hospital con el objetivo bien intencionado de distanciamiento social y de reducir el riesgo de contagio.[i] Estas decisiones adoptadas de forma generalizada y en ocasiones con prohibiciones absolutas, podrían considerarse éticas en base a priorizar la protección de la salud pública[ii] pero es indudable que impiden ofrecer una atención humanizada centrada en la familia, especialmente en las situaciones más graves y al final de la vida.8
Estas políticas restrictivas se han puesto en marcha de forma abrupta sin contar en muchos casos con la visión de los actores claves pacientes, familias y profesionales sanitarios.
Una reflexión crítica ha llevado a posicionamientos alternativos en los que se da mayor relevancia a los derechos normativos reconocidos de los pacientes tales como el acompañamiento o el apoyo espiritual o religioso y cuestiona que esta limitación pueda ser de tal intensidad que se convierta de facto en una absoluta privación de estos derechos. [iii]
Las restricciones a la presencia familiar no deben socavar los principios de la atención centrada en la familia y para ello se hace necesario adaptar las herramientas y procedimientos en este nuevo contexto.
Los objetivos de la atención centrada en la familia en la pandemia COVID-19 deben ir orientados a:
1) respetar el papel de la familia como miembros del equipo,
2) la colaboración entre los miembros de la familia y los profesionales sanitarios
3) el mantenimiento de la integridad familiar.[iv]
Como alternativa a esta limitación de las visitas muchas unidades han desarrollado sistemas alternativos de acompañamiento desarrollándose iniciativas con el uso de tecnología que ha permitido minimizar el aislamiento y ha acercado a las familias a los pacientes hospitalizados. El uso de estos dispositivos ha llevado al debate ético y legal de estos sistemas de comunicación, en aspectos como la inequidad en la disponibilidad de estos recursos u otros relacionados con la protección de la privacidad de datos. Deben establecerse regulaciones que aseguren la protección de los derechos de los pacientes y sus familias así, como reduzcan el riesgo de demandas legales para los profesionales.
La experiencia positiva de algunas UCI con políticas más flexibles de visita debería considerarse en un futuro para evitar en la medida de lo posible los efectos derivados del aislamiento estricto.
No deberíamos permitir como establecen Andrist et al[v] que esta restricción excepcional se convierta en una rutina y arraiguen en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) debilitando la corriente de humanización de los últimos años. Su experiencia en una UCI pediátrica muestra como es posible adaptar las normas para favorecer visitas más abiertas y flexibles de forma segura.
Estos autores nos recuerdan que todas las medidas adoptadas a nivel de las administraciones tienen excepciones para determinadas actividades esenciales. El acompañamiento de los pacientes y especialmente al final de la vida es una actividad esencial respaldada por marcos éticos y legales a nivel internacional. No pueden existir razones que permitan a los pacientes morir solos.
Para ello es necesario un plan de comunicación adecuado que informe de manera trasparente como se llevarán a cabo estas visitas evitando conflictos con las familias y los profesionales, y permitiendo a la familia entender el porqué de las restricciones impuestas.
Disponer de protocolos específicos escritos en los que se informe de manera adecuada de estas políticas pueden facilitar la implantación de las visitas. Estos protocolos deben adaptarse de forma dinámica a la evolución de la situación de la pandemia.
Algunas consideraciones pueden facilitar la adopción de políticas menos restrictivas minimizando a la vez los riesgos de contagio para los pacientes, familias y profesionales. Es imprescindible disponer de EPI adecuados para las familias, asegurar el entrenamiento en el uso de estos equipos y adaptar los procedimientos a las características estructurales de cada unidad y a sus recursos estableciendo circuitos específicos para unidades con boxes individuales y para aquellos espacios abiertos de cohortes en las que los riesgos de contagio son mayores.
También debe contemplarse políticas específicas para pacientes críticos ingresados no COVID-19, que han visto restringido el acompañamiento por esta enfermedad. En los casos de considerar las visitas un recurso limitado puede ser necesario que existan organismos independientes que asignen estos recursos constituidos de forma multidisciplinar incluyendo la perspectiva de pacientes y de familias. Se han propuesto recomendaciones para mantener la conexión de los pacientes COVID-19 con las familias que ayuden a reducir el impacto negativo de la restricción de las visitas.[vi]
La presencia y acompañamiento de las familias puede ir unida a la participación e implicación de la familia en los cuidados del paciente, considerándose como un proceso voluntario, individualizado, que se desarrolla de forma progresiva y debe estar guiado por los profesionales sanitarios.
En las situación vivida durante la pandemia esta participación en los cuidados no ha sido posible ya no solo por la limitación de las visitas sino por la saturación de los equipos sanitarios desbordados por las cargas asistenciales sin que ello permitiera la preparación necesaria.
En los últimos años la presencia de la familia en determinados procedimientos como la reanimación cardiopulmonar ha demostrado efectos beneficiosos siempre que se realice en marcos adecuados con procedimientos específicos.[vii],[viii] Estas intervenciones todavía limitadas en muchas unidades se han visto todavía más cuestionadas durante la pandemia, especialmente en procedimientos con alto riesgo de contagio o en la que los recursos de equipamientos han sido insuficientes o escasos. Se han propuesto alternativas como el acompañamiento telemático, la imposición de cuarentena para reducir el riesgo de salud pública o incluso el acompañamiento por parte de mascotas.[ix]
[i] Lewnard JA, Lo NC. Scientific and ethical basis for social-distancing interventions against COVID-19. Lancet Infect Dis 2020. https://doi.org/10.1016/S1473-3099(20) 30190-0.
[ii] Rogers S: Why can’t I visit? The ethics of visitation restrictions—Les- sons learned from SARS. Crit Care 2004; 8:300–302
[iii] Declaración del comité de bioética de España sobre el derecho y deber de facilitar el acompañamiento y la asistencia espiritual a los pacientes con covid-19 al final de sus vidas y en situaciones de especial vulnerabilidad
[iv] Hart JL, Turnbull AE, Oppenheim IM, Courtright KR. Family-Centered Care During the COVID-19 Era. J Pain Symptom Manage. 2020 Apr 22:S0885-3924(20)30208-6. doi: 10.1016/j.jpainsymman.2020.04.017. Epub ahead of print. PMID: 32333961; PMCID: PMC7175858.
[v] Andrist E, Clarke RG, Harding M. Paved With Good Intentions: Hospital Visitation Restrictions in the Age of Coronavirus Disease 2019. Pediatr Crit Care Med. 2020 Jun 12:10.1097/PCC.0000000000002506. doi: 10.1097/PCC.0000000000002506. Epub ahead of print. PMID: 32541371; PMCID: PMC7314338.
[vi] Azoulay E, Kentish-Barnes N. A 5-point strategy for improved connection with relatives of critically ill patients with COVID-19. Lancet Respir Med. 2020;8(6):e52. doi:10.1016/S2213-2600(20)30223-X
[vii] Jabre P, Tazarourte , Azoulay E. Offering the opportunity for family to be present during cardiopulmonary resuscitation: 1-year assessment. Intensive Care Med. 2014;40:981–987.
[viii] Beesley SJ, Hopkins RO, Francis L, et al. Let Them In: Family Presence during Intensive Care Unit Procedures. Ann Am Thorac Soc. 2016 Jul;13(7):1155-9. doi: 10.1513/AnnalsATS.201511-754OI. PMID: 27104301.
[ix] Lederman Z. Family presence during Cardiopulmonary Resuscitation in the Covid-19 Era. Resuscitation. 2020;151:137-138. doi:10.1016/j.resuscitation.2020.04.028
Sobre la autora:
Médico especialista en Medicina Intensiva
Doctor en medicina
Jefe del Servicio Medicina Intensiva Hospital Universitario Torrejón
Profesor Asociado Universidad Francisco de Vitoria
Presidente de la federación Panamericana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (FEPIMCTI)
Ex presidente Sociedad Española Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) 2017-2019
Postgrados de Psicología, Terapia Ocupacional y Logopedia
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