Los exámenes tipo test

Los exámenes tipo test son uno de los modelos de examen más usados por los docentes para evaluar los conocimientos de los alumnos respecto a una asignatura. Si para estas recuperaciones tienes exámenes de este tipo, desde el Servicio de Orientación, queremos darte una serie de pautas a tener en cuenta para prepararlos y responderlos correctamente.

Preparar un examen tipo test es diferente a preparar un examen de desarrollo por la sencilla razón de que en el examen de test el grado de memorización es inferior al de desarrollo. Sin embargo, es obvio que debemos memorizar determinados datos como datos puros (fechas, nombre propios, fórmulas, porcentajes, etc.), definiciones, características, propiedades, conceptos clave, similitudes y diferencias, clasificaciones/numeraciones, etc.

Para preparar este tipo de exámenes os aconsejamos que elaboréis cuadros comparativos que os ayudarán a plasmar mucha información en poco espacio y os dará una visión global de las similitudes y diferencias de determinados aspectos de los temas a estudiar. Tu orientador/a puede enseñarte a usar esta técnica de estudio.

Ejemplo de Cuadro Comparativo

Cuadro comparativo

Además de estos cuadros comparativos es necesario usar ciertas estrategias de memorización como acrónimos, asociaciones de imágenes, conceptos clave, agrupaciones, fichas e historietas. Recuerda que puedes acudir al Servicio de Orientación para trabajar estas estrategias.

Para finalizar, toma nota de las tres fases que debemos seguir para contestar un examen tipo test:

1ª → Contesta solo aquellas preguntas que te sabes bien o más fáciles. No te detengas en exceso (el tiempo cuenta en tu contra). Marca las preguntas difíciles con un * o una ¿? indicando así que para contestarla debes dedicarle más tiempo y que, pensándola bien, darás con la respuesta. Descarta directamente las preguntas que no sabes.

2ª → Una vez contestadas todas las preguntas fáciles suma la puntuación que tienes, suponiendo que no has cometido ningún error, para saber si tienes la mitad o más de las preguntas necesarias para aprobar. Cuando sepas la puntuación ve a las preguntas marcadas con un * o una ¿? y piensa si es necesario contestarlas.

3ª →  Piensa si debes seguir contestando preguntas porque…

… has contestado las fáciles y las marcadas (*, ¿?) y aun así necesitas responder a más preguntas.
… has contestado bastantes preguntas, como para aprobar, y quieres intentar obtener mucha más nota.

Sobre todo piensa que si las preguntas erróneas restan debes calcular mentalmente cuantas preguntas puedes contestar sin arriesgarte demasiado.

Si quieres saber más sobre los exámenes tipo test y su forma de contestarlos acude al orientador de tu sede.

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