APROVECHAR EL TIEMPO DE ESTUDIO

Tienes toda la mañana o la tarde libre y un buen ánimo para estudiar. Estás motivado para aprovechar la mañana o la tarde y sacar las máximas horas posibles para avanzar ese trabajo que tienes que entregar, esos apuntes que tienes que esquematizar o ese examen que tienes que empezar a estudiar. A las pocas horas la mañana o la tarde llega a su fin y, de todo el tiempo que has estado sentado en la silla, solo has aprovechado la mitad. Acabas el día sintiéndote un poco frustrado/a por no haber podido cumplir tu plan de estudio.

¿Te ha pasado alguna vez esto? En el Servicio de Orientación sabemos que esta es una situación que ocurre de forma muy frecuente a los estudiantes universitarios, y por eso vamos a darte unas pautas que te ayudarán a optimizar el tiempo en tus ratos de estudio:

  • En una sesión de estudio larga (3-5 horas), alterna asignaturas; estudia al menos dos. Esto permite reducir la monotonía y, por tanto, aumentar el rendimiento. De la misma forma combina tareas más difíciles y/costosas con otras más sencillas, agradables y/o automáticas.
  • Haz descansos cada cierto tiempo (60-70 minutos) para que tu mente no se sature y dejes de rendir.
  • Estudia en el lugar en el que encuentres más facilidades para ser eficaz. No es inteligente estudiar en casa si te podrías centrar más fácilmente en la biblioteca, y viceversa.
  • Programa el estudio para los periodos en los que te sientas más eficaz. Si estás muy cansado, a lo mejor te conviene descansar un poco antes de ponerte a estudiar. Es preferible estudiar 2 horas en plenas facultades, que 3 estando muy cansado.
  • Al principio de la sesión de estudio céntrate en las tareas y asignaturas de dificultad media. Continúa con las de dificultad alta, las más pesadas y costosas. Y por último, termina con las más sencillas, entretenidas y automáticas. De esta forma estarás adecuando tu carga de trabajo a tu capacidad atencional en cada momento de la sesión de estudio.
curva de la atención

CURVA DE LA ATENCIÓN

  • Siempre que sea posible dedica las mismas franjas horarias a estudiar. Al hacer esto tu mente y tu cuerpo se acostumbrarán más rápidamente a la obligación de estudiar y, con el paso del tiempo, tu cerebro tardará menos tiempo en rendir al máximo desde el inicio de la sesión.
  • Según Jose María Acosta, experto en gestión de tiempo, “el tiempo que requiere una tarea crece cuando la interrumpimos y la reanudamos”. Por eso es de vital importancia que huyas de las distracciones. Establece un plan para cada distracción que tengas. Por ejemplo, si al estudiar pierdes mucho tiempo con el móvil puedes dárselo a algún amigo o a tus padres durante el rato de estudio, o si vas a la biblioteca dejártelo en casa, o comprarte un “móvil de biblioteca” (uno de esos antiguos aparatejos con teclas y sin internet. Sí, los siguen vendiendo…).
  • Establécete metas cortas. Ponte a estudiar con un propósito, es decir, con un listado de tareas o temas que quieres hacer y trabajar esa tarde. De esta forma te será más fácil concentrarte.
  • No te limites solo a leer y memorizar. Combina esto con el uso de técnicas de estudio (esquemas, cuadros sinópticos…), técnicas de memorización (pares asociados, historietas, mnemotécnicos…), contarle la materia a un compañero… El aprendizaje activo reduce la probabilidad de distraerte y, por tanto, de perder tiempo.

La clave para optimizar el tiempo durante las horas de estudio es estar enfocado, y desde el Servicio de Orientación queremos animarte a que pongas en marcha estas pautas. Y recuerda pedir ayuda al orientador de tu sede si lo necesitas. ¡Estamos para ayudarte!

servicioorientacion

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