RESILIENCIA ANTE EL SUSPENSO UNIVERSITARIO
La vida está llena de aciertos y errores, posiblemente más de los segundos que de los primeros. En muy pocas ocasiones nos enseñan a gestionarlos o a sacarles el mayor provecho. Desde el Servicio de Orientación queremos daros unas pautas para poder gestionar los desafíos en vuestra vida universitaria.
La resiliencia académica nos ayuda a entender por qué algunos estudiantes ante situaciones con altos niveles de estrés prosperan y resisten, es decir, hacen frente a la adversidad en un contexto académico que les sirve como aliciente (“yo puedo con esto, nadie me va a parar”) y logran resultados positivos.
A lo largo del periodo universitario todos vamos a experimentar adversidades, desafíos o situaciones de presión. La resiliencia es un factor importante para poder superarlos, haciéndonos crecer interiormente y, a menudo, obtener de ello un mejor autoconocimiento y aprendizaje de la vida. Esta nos puede enseñar a saber que un suspenso hay que canalizarlo como «una nueva oportunidad de demostrar que puede ser superado, o también como un aviso de que tenemos que mejorar”.
Según investigaciones, los estudiantes que tienen mayor resiliencia presentan altos niveles de motivación al logro y de rendimiento pese a convivir con eventos y condiciones que les generan gran cantidad de estrés.
A continuación, os vamos a explicar algunas estrategias que se han identificado positivamente con la resiliencia académica, con el fin de lograr resultados académicos positivos, como pueden ser el éxito académico y el bienestar. En muchas ocasiones, los universitarios utilizan estrategias de afrontamiento (coping), las cuales dependen del éxito o el fracaso ante la situación. Con mayor frecuencia ante un examen son evitativas y conductuales, tales como la búsqueda de gratificaciones alternativas y descarga emocional. Sin embargo, las que están más positivamente relacionadas con la resiliencia son, en primer lugar, la resolución de problemas, esto implica afrontar el problema y darle una solución (cuando me surge un problema lo afronto y lo soluciono) y, en segundo lugar, la reinterpretación positiva (busco el lado positivo y favorable del problema e intento mejorar y crecer a partir de esa situación desfavorable).
Otras alternativas que nos pueden ayudar a ser resilientes y alcanzar bienestar pueden ser:
- Plantearse metas realistas con fecha de inicio y una fecha posible de consecución, en este caso, nos motivará hacia la acción, a dar nuestros primeros pasos.
- Hacer un registro de nuestros logros, nos ayudar a ver nuestros avances y a cambiar pensamientos negativos como “no consigo nada”.
- Buscar actividades de la vida diaria que nos resulten placenteras.
- Permitirse sentir, tanto lo positivo como lo negativo ya que todo sentimiento tiene una función.
Recuerda que tienes cerca a un orientador/a para trabajar los momentos que pueden preocuparte y ayudarte a mejorar tu resiliencia.